EL TALLER DE MATIAS
DOCUMENTO ESTENSIVO DE LAS TABLAS DE
THOTH EL ATLANTE
La historia de las tablas traducidas en las siguientes páginas es
extraña y más allá de la creencia de los científicos modernos. Su
antigüedad es estupenda, datando de unos 36,000 años AC. El escritor es
Thoth, un Rey-Sacerdote Atlante, quien fundó una colonia en el antiguo
Egipto después del hundimiento de la madre patria.
Él fue el constructor de la Gran Pirámide de Giza, erróneamente
atribuida a Keops. En ella, él incorporó su conocimiento de su antigua
sabiduría y también seguramente resguardó registros e instrumentos de la
antigua Atlántida.
Por unos 16,000 años, él gobernó la antigua raza de Egipto, desde el
52,000 AC aproximadamente al 36,000 AC. En ese tiempo, la antigua raza
bárbara, de entre la cual él y sus seguidores se habían establecido,
había sido elevada a un alto grado de civilización.
Thoth era un inmortal, es decir, él había conquistado la muerte, pasando
solamente cuando quisiera e incluso entonces no era a través de la
muerte. Su vasta sabiduría lo hizo gobernar sobre las varias colonias
atlantes, incluyendo las del Sur y Centro América.
Cuando llegó el tiempo de que dejara Egipto, creó la Gran Pirámide en la
entrada de los Grandes Salones de Amenti, colocó en ella sus registros,
y señaló guardias para sus secretos de entre lo más elevado de su
gente.
En tiempos posteriores, los descendientes de estos guardias se volvieron
los sacerdotes de las pirámides, por lo cual Thoth se volvió deidad
como el Dios de la Sabiduría, El que llevaba los Registros, por aquellos
en la era de la oscuridad que siguió su muerte. En la leyenda, los
Salones de Amenti se volvieron del inframundo, los Salones de los
dioses, en donde las almas pasaban a su juicio después de la muerte.
Durante eras posteriores, el ego de Thoth pasó a los cuerpos de los
hombres en la forma descrita en las tablas. Como tal, él encarnó tres
veces, en la última fue conocido como Hermes, el tres veces nacido.
En esta encarnación, dejó escritos conocidos para los ocultistas
modernos como las Tablas Esmeralda, una exposición posterior y mucho
menor de los antiguos misterios.
Las tablas traducidas en este trabajo son diez, las cuales fueron
dejadas en la Gran Pirámide en la custodia de los sacerdotes de las
pirámides. Las diez están divididas en trece partes a nombre de la
conveniencia.
Las últimas dos son tan grandes y de largo alcance en su importancia que
en la actualidad está prohibido liberarlas al mundo. Sin embargo, en
esos contenidos están secretos los cuales probarán ser de inestimables
valor al estudiante serio.
Deberían ser leídas, no una vez, sino cientos de veces solamente puesto
que solamente así el verdadero significado puede ser revelado. Una
lectura casual dará unos vislumbres de belleza, pero un estudio más
intenso abrirá avenidas de sabiduría al buscador.
Pero ahora una palabra de cómo estos poderosos secretos se revelaron al
hombre moderno después de estar escondidos por tanto tiempo.
Unos ciento treinta años AC, Egipto, la antigua Khem, estaba en
confusión y muchas delegaciones de sacerdotes fueron enviados a otras
partes del mundo.
Entre estos había algunos de los sacerdotes de la pirámide quienes
cargaban con ellos las Tablas Esmeralda como un talismán con el cual
podían ejercer autoridad sobre los menos avanzados sacerdotes de razas
descendidas de otras colonias atlantes.
Se entendía de la leyenda que las tablas daban al portador la autoridad
de Thoth.
El grupo particular de sacerdotes que portaban las tablas emigraron al
Sur de América en donde encontraron una raza floreciente, los Mayas,
quienes les recordaban mucho de la sabiduría antigua.
Entre estos, los sacerdotes se establecieron y se quedaron. En el siglo
décimo, los Mayas se habían establecido a lo largo de Yucatán, y las
tablas fueron colocadas debajo del altar de uno de los grandes templos
del Dios Sol.
Después de la conquista de los Mayas por los españoles, las ciudades
fueron abandonadas y los tesoros de los templos olvidados.
Debería ser entendido que la Gran Pirámide de Egipto ha sido y es
todavía un templo de iniciación en los misterios. Jesús, Salomón,
Apolonio y otros fueron iniciados ahí.
El escritor (quien tiene una conexión con la Gran Logia Blanca que
también trabaja a través del sacerdocio de la pirámide) fue instruido
para recuperar y regresar las antiguas tablas a la Gran Pirámide.
Esto, después de las aventuras que no necesitan detallarse aquí, fue
logrado. Antes de regresarlas, se le dio permiso de traducir y mantener
una copia de la sabiduría grabada en las tablas.
Esto se hizo en 1925 y solamente ahora se tiene el permiso para que
parte de eso sea publicado. Se espera que muchos se burlen. No obstante,
el verdadero estudiante leerá entre líneas y ganará sabiduría.
Si la luz está en ustedes, la luz que está grabada en estas tablas
responderá.
Ahora, una palabra de cómo es el aspecto material de las tablas.
Consisten de doce tablas verde esmeralda, formadas de una sustancia
creada a través de transmutación química.
Son imperecederas, resistentes a todos los elementos y sustancias. En
efecto, la estructura celular y atómica está arreglada, ningún cambio ha
tenido lugar nunca.
En este respecto, violan la ley material de la ionización.
Sobre ellas están grabadas caracteres en el antiguo idioma atlante:
caracteres los cuales responden a afinadas olas de pensamiento,
liberando la vibración mental asociada en la mente del lector.
Las tablas están unidas con aros de aleación color dorada suspendidos de
una barra del mismo material. Demasiado para la apariencia del
material.
La sabiduría contenida ahí es la base de los antiguos misterios. Y para
el que lee con ojos y mente abiertos, su sabiduría deberá incrementar
cien veces.
Lean. Lo crean o no, pero lean. Y la vibración encontrada ahí despertará
una respuesta en su alma.
En las siguientes páginas, revelaré algunos de los misterios que no
obstante solamente han sido tocados ligeramente ya sea por mí u otros
maestros o estudiantes de la verdad.
La búsqueda del hombre por el entendimiento de las leyes que regulan su
vida ha sido interminable, no obstante siempre justo detrás del velo que
escuda los planos más elevados de la visión material del hombre la
verdad ha existido, lista para ser asimilada por aquellos que agrandan
su visión mirando al interior, no al exterior, en su búsqueda.
En el silencio de los sentidos materiales yace la clave para revelar la
sabiduría. El que habla no sabe; el que sabe no habla.
El conocimiento más elevado es impronunciable, puesto que existe como
una entidad en rutas que trascienden todas las palabras o símbolos
materiales.
Todos los símbolos no son más que llaves para las puertas que guían a
las verdades, y muchas veces la puerta no se abre porque la llave parece
tan grande que las cosas que están más allá de ella no son visibles.
Si podemos entender todas las claves, todos los símbolos materiales son
manifestaciones, no son más que extensiones de una gran ley y verdad,
comenzaremos a desarrollar la visión que nos permitirá penetrar más allá
del velo.
Todas las cosas en todos los universos se mueven de acuerdo a la ley, y
la ley que regula el movimiento de los planetas no es más inmutable que
la ley que regula las expresiones materiales del hombre.
Una de las más grandes de todas las Leyes Cósmicas es esa que es
responsable por la formación del hombre como un ser material. El gran
objetivo de las escuelas de misterio de todas las eras ha sido revelar
los trabajos de la Ley que conecta al hombre material y al hombre
espiritual.
El enlace de conexión entre el hombre material y el hombre espiritual es
el hombre intelectual, puesto que la mente toma parte tanto las
cualidades materiales como no materiales.
El aspirante al conocimiento más elevado debe desarrollar el lado
intelectual de su naturaleza y así reforzar su voluntad que es capaz de
concentrarse en todos los poderes de su ser y en el plano que desee.
La gran búsqueda de luz, vida y amor solamente comienza en el plano
material. Llevado a lo último, su objetivo final es la completa unidad
con la conciencia universal. La base en lo material es el primer paso;
después viene el objetivo más elevado del logro espiritual.
En las siguientes páginas, les daré una interpretación de las Tablas
Esmeralda y sus significados secretos, escondidos y esotéricos.
Ocultos en las palabras de Thoth están muchos significados que no
aparecen en la superficie.
La luz del conocimiento traída sobre las Tablas abrirá muchos campos
nuevos para el pensamiento.
“Lean y sean sabios” pero solamente si la luz de su propia conciencia
despierta el profundo entendimiento asentado que es una cualidad
inherente del alma.
Las Tablas Esmeralda de Thoth
Tabla 1
La Historia de Thoth, el Atlante
Yo, THOTH, el Atlante, maestro de los misterios, guardián de los
registros, poderoso rey, mago, viviendo de generación en generación,
preparándome para entrar a los salones de Amenti, dejando la guía de
aquellos que van a pasar, estos registros de la poderosa sabiduría de la
Gran Atlántida.
En la gran ciudad de KEOR en la isla de UNDAL, en un tiempo muy lejano,
comencé esta encarnación. No como lo hicieron los hombrecitos de la era
actual, los poderosos de la Atlántida viven y mueren, pero en lugar de
cómo lo hacían de eones a eones, ellos renovaban su vida en los Salones
de Amenti en donde el río de la vida fluye eternamente hacia delante.
Cien veces diez he descendido el camino oscuro que guía a la luz, y como
muchas veces he ascendido de la oscuridad hacia la luz mi fuerza y
poder se renovaban.
Ahora por un tiempo desciendo, y los hombres de KHEM (Khem es el antiguo
Egipto) ya no me conocerán más.
Pero en un tiempo todavía no nacido surgiré nuevamente, poderoso y
potente, requiriendo un informe de aquellos que quedaron atrás de mí.
Entonces tengan cuidado, Oh hombres de KHEM, si ustedes han falsamente
traicionado mi enseñanza, puesto que los arrojaré de su alto estado
hacia la oscuridad de las cuevas de las cuales vienen.
No revelen mis secretos a los hombres del norte o a los hombres del sur
para mi maldición no caiga sobre ustedes.
Recuerden y cuiden mis palabras, puesto que seguramente volveré
nuevamente y requeriré de ustedes eso que cuidan. Así es, incluso desde
más allá del tiempo y desde más allá de la muerte yo regresaré,
recompensando o castigando si han abandonado su verdad.
Grande era mi gente en los antiguos días, grande más allá de la
concepción de las pequeñas personas que ahora están a mi alrededor;
conociendo la sabiduría de lo antiguo, buscando más dentro del corazón
del conocimiento infinito que pertenecía a la juventud de la Tierra.
Sabios éramos nosotros con la sabiduría de los Niños de Luz quienes
habitaban entre nosotros. Fuertes éramos nosotros con el poder extraído
del fuego eterno.
Y de todos esos, el más grande entre los hijos de los hombres era mi
padre, THOTME, guardián del gran templo, enlace entre los Niños de Luz
que habitaban dentro del templo y las razas de hombres que moraban en
las diez islas.
Portavoz, después de los Tres, del Morador de UNAL, hablando a los Reyes
con la voz que debe ser obedecida.
Crecí ahí de niño a la adultez, siendo enseñado por mi padre los
antiguos misterios, hasta que a tiempo ahí crecí dentro del fuego de la
sabiduría, hasta que ardió en una flama consumiéndose.
Nada deseé más que el logro de la sabiduría. Hasta que un gran día la
orden vino del Morador del Templo que me presentara frente a él. Pocos
habían entre los hijos de los hombres que hubieran mirado esa poderosa
cara y vivido, puesto que no como los hijos de los hombres son los Hijos
de la Luz cuando no están encarnados en un cuerpo físico.
Elegido fui de los hijos de los hombres, enseñado por el Morador para
que sus propósitos fueran cumplidos, propósitos todavía no nacidos en el
vientre del tiempo.
Largas eras habité en el Templo, aprendiendo siempre y todavía más
sabiduría, hasta que yo, también, alcancé la luz emitida del gran fuego.
Me enseñó él, el camino a Amenti, el inframundo en el que los grandes
Reyes se sientan sobre su trono de poder.
Una profunda reverencia hice en homenaje ante los Señores de la Vida y
los Señores de la Muerte, recibiendo como mi regalo la Llave de la Vida.
Libre fui de los Salones de Amenti, no destinado a estar muerto en el
círculo de la vida. Lejos a las estrellas viajé hasta que el espacio y
el tiempo se convirtieron en nada.
Después de haber bebido profundamente de la copa de la sabiduría, miré
en los corazones de los hombres y ahí encontré misterios más grandes y
estaba contento. Puesto que solamente en la Búsqueda de la Verdad podría
mi Alma estar tranquila y la flama interior estar apagada.
A través de las eras viví, viendo a aquellos a mi alrededor probar de la
copa de la muerte y regresar de nuevo en la luz de la vida.
Gradualmente desde los Reinos de la Atlántida pasaron olas de conciencia
que había sido una conmigo, solamente para ser recolocadas por semillas
de una estrella inferior.
En obediencia a la ley, la palabra del Maestro se volvió flor.
Descendentes a la oscuridad se volvieron los pensamientos de los
Atlantes, hasta que al fin en esta cólera surgida de su AGWANTI (esta
palabra no tiene equivalente; significa un estado de indiferencia), el
Morador, hablando La Palabra, llamando al poder.
Profundo en el corazón de la Tierra, los hijos de Amenti escucharon, y
escucharon, dirigiendo el cambio de la flor de fuego que arde
eternamente, cambiando y cambiando, usando el LOGOS, hasta que ese gran
fuego cambió su dirección.
Sobre el mundo entonces se abrieron las grandes aguas, inundando y
hundiendo, cambiando el equilibrio de la Tierra hasta que solamente
quedó el Templo de la Luz parado sobre la gran montaña en UNDAL todavía
surgiendo del agua; algunos hubo que estaban viviendo, salvados del
torrente de las fuentes.
Me llamó entonces el Maestro, diciendo: Reunid a mi gente. Llévalos por
las artes que has aprendido a través de las lejanas aguas, hasta que
alcances la tierra de los velludos bárbaros, morando en cuevas del
desierto. Sigue allí el plan que todavía conoces.
Reuní entonces a mi pueblo y entré al gran barco del Maestro. Hacia
arriba nos elevamos en la mañana. Oscuro debajo de nosotros yace el
Templo. Repentinamente sobre él surgen las aguas. Desaparecido de la
Tierra, hasta el tiempo señalado, fue el gran Templo.
Rápido volamos hacia el sol de la mañana, hasta que debajo de nosotros
yació la tierra de los hijos de KHEM. Furiosos, con palos y lanzas,
elevados en ira buscando asesinar y completamente destruir a los Hijos
de la Atlántida.
Entonces elevé mi báculo y dirigí un rayo de vibración, alcanzándoles en
sus caminos como fragmentos de piedra de la montaña.
Después les hablé con palabras tranquilas y pacíficas, hablándoles del
poder de la Atlántida, diciendo que nosotros éramos hijos del Sol y sus
mensajeros. Los intimidé con mi manifestación de magia-ciencia, hasta
que a mis pies se postraron, cuando los liberé.
Mucho habitamos en la tierra de KHEM, mucho y todavía más nuevamente.
Hasta que obedecieran las órdenes del Maestro, quien mientras duerme no
obstante vive eternamente, envié a los Hijos de la Atlántida, los envié
en muchas direcciones, que desde el vientre de la sabiduría del tiempo
puede surgir nuevamente en sus hijos.
Largo tiempo habité en la tierra de KHEM, haciendo grandes trabajos por
la sabiduría dentro de mí. Hacia arriba crié en la luz del conocimiento a
los hijos de KHEM, regados por las lluvias de mi sabiduría.
Maldije entonces un camino a Amenti para que pudiera retener mis
poderes, viviendo de era a era un Sol de la Atlántida, cuidando la
sabiduría, preservando los registros.
Pocos grandes los hijos de KHEM, conquistando personas a su alrededor,
creciendo lentamente hacia arriba en la fuerza del Alma.
Ahora por un tiempo me voy de entre ellos hacia los oscuros salones de
Amenti, profundo en los salones de la Tierra, ante los Señores de los
poderes, cara a cara una vez más con el Morador.
Me levanté en la entrada, una puerta, un portal guiando hacia a Amenti.
Pocos habrían con el valor para atreverse, pocos pasan el portal al
oscuro Amenti. Erigí sobre el pasaje, yo, una poderosa pirámide, usando
el poder que supera la fuerza de la Tierra (gravedad). Profundo y
todavía más profundo coloqué un fuerte o cámara; desde ahí tallé un
pasaje circular alcanzando casi la gran cima.
Ahí en el ápice, coloqué yo el cristal, enviando el rayo hacia el
“Tiempo-Espacio”, atrayendo la fuerza de lo etéreo, concentrándose sobre
el portal a Amenti.
Otras cámaras construí y dejé vacantes para todas las apariencias, no
obstante ocultas dentro de ellas están las llaves a Amenti. El que con
valor desafiare los reinos oscuros, primero dejen que se purifique por
un largo ayuno.
Yacerá en el sarcófago de piedra en mi cámara. Después revelaré a él los
grandes misterios. Pronto él seguirá a donde lo encontraré, incluso en
la oscuridad de la Tierra lo encontraré, Yo, Thoth, el Señor de la
Sabiduría, lo encontraré y lo tomaré y moraré con él siempre.
Construí la Gran Pirámide, modelé después la pirámide de la fuerza
Terrestre, ardiendo eternamente para que, también, pueda permanecer a
través de las eras.
En ella, construí mi conocimiento de “Magia-Ciencia” para que pueda
estar aquí cuando nuevamente regrese de Amenti, sí, mientras duermo en
los Salones de Amenti, mi Alma que vaga libre encarnará, morará entre
los hombres en esta forma u otra. (Hermes, el tres veces nacido)
Emisario en la Tierra soy del Morador, cumpliendo sus órdenes para que
muchos puedan ser elevados. Ahora regreso a los salones de Amenti,
dejando detrás de mí algo de mi sabiduría. Preserven y mantengan la
orden del Morador: Eleven siempre sus ojos hacia la luz.
Seguramente a tiempo, son uno con el Maestro, seguramente por derecho
ustedes son uno con el Maestro, seguramente por derecho todavía son uno
con el TODO.
Ahora, me aparto de ustedes. Conozcan mis órdenes, manténganlas y sean
ellas, y yo estaré con ustedes, ayudándolos y guiándolos hacia la Luz.
Ahora ante mi se abre el portal. Bajo en la oscuridad de la noche.
Tabla II Los Salones de Amenti
En lo profundo de la Tierra yacen los salones de Amenti, muy debajo de
las islas de la hundida Atlántida, los Salones de la Muerte y los
salones de la vida, lavados en el fuego del TODO infinito.
Lejos en un tiempo pasado, perdido en el espacio tiempo, los Hijos de la
Luz miraron al mundo. Viendo a los hijos de los hombres en su
esclavitud, atados por la fuerza que venía del más allá. Supieron que
solamente por medio de la libertad de la esclavitud el hombre alguna vez
podría surgir de la Tierra al Sol.
Ellos descendieron y crearon cuerpos, tomando la semejanza del hombre
como propia. Los Maestros de todo dijeron después de su formación:
“Nosotros somos esos que fueron formados de espacio-polvo, tomando parte
de la vida del TODO infinito; viviendo en el mundo como hijos de los
hombres, igual y no obstante diferentes a los hijos de los hombres”.
Después para un lugar donde habitar, muy debajo de la corteza terrestre,
explotaron ellos grandes espacios con su poder, espacios lejos de los
hijos de los hombres. Rodeados por fuerzas y poder, escudaron del daño a
los Salones de los Muertos.
De lado a lado entonces, colocaron ellos otros espacios, llenos con Vida
y con Luz de arriba. Construyeron entonces los Salones de Amenti, que
pueden habitar eternamente ahí, viviendo con vida hasta el fin de la
eternidad.
Treinta y dos estaban ahí de los hijos, hijos de la Luz que habían
venido entre los hombres, buscando liberar de la esclavitud de la
oscuridad a aquellos que estaban atados por la fuerza del más allá.
En lo profundo de los Salones de la Vida creció una flor, ardiendo,
expandiéndose, manejando la noche hacia atrás.
Colocaron en el centro, un rayo de gran potencia, dador de Vida, dador
de Luz, llenando con poder a todo el que se acercara. Colocaron a su
alrededor tronos, dos y treinta, lugares para cada uno de los Hijos de
la Luz, colocados para que ellos fueran bañados en el resplandor,
llenados con la Vida de la Luz eterna.
Ahí repetidas veces colocaban sus primeros cuerpos creados para pudieran
ser llenados con el Espíritu de la Vida. Cien años de cada mil debe la
flama de la Luz dadora de Vida surgir en sus cuerpos. Apresurando,
despertando el Espíritu de la Vida.
Ahí en el círculo de eones a eones, se sientan los Grandes Maestros,
viviendo una vida no conocida entre los hombres. Ahí en los Salones de
la Vida ellos yacen durmiendo; libres fluyen sus Almas a través de los
cuerpos de los hombres.
Repetidas veces, mientras sus cuerpos yacen dormidos, encarnan ellos en
los cuerpos de los hombres. Enseñando y guiando hacia delante y hacia
arriba, de la oscuridad a la luz.
Ahí en los Salones de la Vida, llenos con su sabiduría, no conocidos por
las razas del hombre, viviendo por siempre bajo el frío fuego de la
vida, se sientan los Hijos de la Luz. Veces hay en las que cuando se
despiertan, salen desde las profundidades para ser luces entre los
hombres, infinitos ellos entre los hombres finitos.
El que por progreso ha surgido de la oscuridad, que se ha elevado de la
noche hacia la luz, liberado es de los Salones de Amenti, libre de la
Flor de la Luz y de la Vida. Guiado entonces, por la sabiduría y el
conocimiento, pasa de los hombres a los Maestros de la Vida.
Ahí él puede habitar como uno con los Maestros, libre de las ataduras de
la oscuridad de la noche. Sentados dentro de la flor del resplandor
están Siete Señores del Espacio-Tiempo sobre nosotros, ayudando y
guiando a través de la Sabiduría infinita, el camino a través del tiempo
de los hijos de los hombres.
Poderosos y extraños, ellos, velados con su poder, silenciosos, todo
sapientes, atrayendo la fuerza de Vida, diferentes no obstante uno con
los hijos de los hombres. Sí, diferentes, y no obstante Uno con los
Hijos de la Luz.
Custodios y guardianes de la fuerza de la esclavitud del hombre, listos
para soltarse cuando la luz haya sido alcanzada. Primero y muy poderoso,
se sienta la Presencia Cubierta, Señor de Señores, el Nueve infinito,
sobre los otros de cada uno de los Señores de los Ciclos;
Tres, Cuatro, Cinco, y Seis, Siete, Ocho, cada uno con su misión, cada
uno con sus poderes, guiando, dirigiendo la densidad del hombre. Ahí se
sientan ellos, poderosos y potentes, libres de todo tiempo y espacio.
No de este mundo, no obstante semejantes a él, Hermanos Ancianos ellos,
de los hijos de los hombres. Juzgando y pesando, ellos con su sabiduría,
observando el progreso de la Luz entre los hombres.
Ahí ante ellos estaba Yo guiado por el Morador, lo observé mezclarse con
UNO de arriba.
Entonces de ÉL surgió una voz diciendo: “Grande eres tú, Thoth, entre
los hijos de los hombres. Libre de ahora en delante de los Salones de
Amenti, Maestro de la Vida entre los hijos de los hombres. No pruebes la
muerte excepto si lo deseas, bebe tu Vida hasta el fin de la Eternidad,
de ahora en adelante está la Vida, tú mismo tómala. De ahora en
adelante la Muerte está al llamado de tu mano.
Mora aquí o sal de aquí cuando lo desees, libre es Amenti para el Sol
del hombre. Toma tu Vida en la forma que desees, Hijo de la Luz que ha
crecido entre los hombres. Elige tú el trabajo, puesto que todos
deberían laborar, nunca estar libres del camino de la Luz.
Un paso tú has ganado en gran camino hacia arriba, infinita ahora es la
montaña de la Luz. Cada paso que tomaste no hace más que engrandecer la
montaña; todo tu progreso engrandece más la meta.
Alcanza la siempre infinita Sabiduría, siempre ante ti reside la meta.
Liberado ahora estás de los Salones de Amenti para caminar mano a mano
con los Señores del mundo, uno en un propósito, trabajando juntos,
trayendo la Luz a los hijos de los hombres”.
Entonces de su trono vino uno de los Maestros, tomando mi mano y
guiándome hacia delante, a través de los Salones de la profunda tierra
escondida. Me guió él a través de los Salones de Amenti, mostrándome los
misterios que no son conocidos para el hombre.
A través del oscuro pasaje, hacia abajo él me guió, hacia el Salón que
es sitio es la oscura Muerte. Vasto como el espacio yace el gran Salón
ante mí, con paredes de oscuridad pero no obstante llenas con Luz.
Ante mí se elevó un gran trono de oscuridad, velado en él estaba sentada
una figura de la noche. Más oscura que la oscuridad sentada la gran
figura, oscura con una oscuridad que no es de la noche. Ante ella
entonces el Maestro pausó, diciendo
La Palabra que provoca Vida, diciendo: “Oh, maestro de la oscuridad,
guía del camino de la Vida a la Vida, ante ti traigo un Sol de la
mañana. No lo toques alguna vez con el poder de la noche. No llames a su
flama a la oscuridad de la noche. Conócelo, y míralo, uno de nuestros
hermanos, elevado desde la oscuridad hacia la Luz. Libera su flama de
esta esclavitud, libre deja a su flama a través de la oscuridad de la
noche”.
Elevó entonces la mano de la figura, surgió una flama que creció clara y
brillante. Dio vueltas rápidamente sobre la cortina de la oscuridad,
develando el Salón de la oscuridad de la noche.
Entonces creció en el gran espacio ante mí, flama tras flama, desde el
velo de la noche. Incontables millones saltaron ellos ante mí, algunos
flameando como flores de fuego.
Otros había que emitían un resplandor tenue, fluyendo pero débilmente
fuera de la noche.
Algunos había que caían rápidamente; otros que crecían de una pequeña
chispa de luz. Cada uno rodeado por su tenue velo de oscuridad, no
obstante flameante con luz que nunca podría ser apagada. Yendo y
viniendo como luciérnagas en primavera, llenos con espacio, con Luz y
con Vida.
Entonces se oyó una voz, poderosa y solemne, diciendo: “Estas son luces
que son almas entre los hombres, creciendo y cayendo, existiendo por
siempre, cambiando no obstante viviendo, a través de la muerte hacia la
vida. Cuando han florecido, alcanzado el momento cumbre del crecimiento
en su vida, rápidamente entonces envío mi velo de oscuridad, envolviendo
y cambiando a nuevas formas de vida.
Continuamente hacia arriba a través de las eras, creciendo,
expandiéndose en todavía otra flama, iluminando la oscuridad con aún un
poder más grande, apagado no obstante encendido por el velo de la noche.
Así crece el alma del hombre siempre hacia arriba, apagada no obstante
encendida por la oscuridad de la noche.
Yo, la Muerte, vengo, y no obstante no me quedo, puesto que la vida
eterna existe en el TODO; solamente un obstáculo, Yo en el camino,
rápido para ser conquistada por la luz infinita.
Despierta, Oh flama que arde siempre hacia el interior, surge y
conquista el velo de la noche”.
Entonces en el medio de las flamas en la oscuridad surgió una que empujó
la noche, flameando, expandiéndose, siempre muy brillante, hasta que al
fin no fue nada sólo Luz.
Entonces mi guía habló, la voz del maestro: Mira tu propia alma mientras
crece en la luz, libérate ahora para siempre del Señor de la noche.
Hacia delante me guió a través de muchos grandes espacios llenos con los
misterios de los Hijos de la Luz; misterios de los cuales el hombre
quizá nunca conozca hasta que él, también, sea un Hijo de la Luz.
Retrocediendo entonces ÉL me guió hacia la Luz del salón de la Luz. Me
arrodillé entonces ante los grandes Maestros, Señores de TODO de los
ciclos de arriba.
Habló ÉL entonces con palabras de gran poder diciendo:
Liberado has sido de los Salones de Amenti. Elige tú el trabajo entre
los hijos de los hombres.
Entonces hablé yo: Oh, gran maestro, permítame ser un maestro de los
hombres, guiarlos hacia delante y arriba hasta que ellos, también, sean
luces entre los hombres; liberados del velo de la noche que los rodea,
flameando con luz que brillará entre los hombres.
Me habló entonces la voz: Anda, como sea tu voluntad. Así sea decretado.
Maestro eres tú de tu destino, libre de tomar o rechazar como sea tu
voluntad. Toma tu poder, toma tu sabiduría. Brilla como una luz entre
los hijos de los hombres.
Hacia arriba entonces, me guió el Morador. Habité de nuevo entre los
hijos de los hombres, enseñando y mostrando algo de mi sabiduría; Hijo
de la Luz, un fuego entre los hombres.
Ahora nuevamente piso el camino hacia abajo, buscando la luz en la
oscuridad de la noche. Los marco y los guardo, preserven mi registro,
guía será para los hijos de los hombres.
Tabla III – La Clave de la Sabiduría
Yo, Thoth, El Atlante, doy mi sabiduría, doy mi conocimiento, doy mi
poder. Libremente lo doy a los hijos de los hombres. Dado eso que ellos,
también, tengan sabiduría para brillar desde el velo de la noche a
través del mundo.
La sabiduría es poder y el poder es sabiduría, una con la otra,
perfeccionando el todo.
No seas orgulloso, Oh hombre, en tu sabiduría. Conversa con el ignorante
así como también con el sabio. Si alguien llega a ti lleno de
conocimiento, escucha y pon atención, puesto que la sabiduría es todo.
No te mantengas en silencio cuando lo malo sea hablado por Verdad, como
el sol brilla sobre todo. Aquel que sobrepasare la Ley castigado será,
puesto que solamente a través de la Ley llega la libertad de los
hombres. Que no te cause miedo, ya que el miedo es un límite, un
grillete que ata a los hombres a la oscuridad.
Sigue tu corazón durante tu vida. Haz más de lo que es esperado de ti.
Cuando hayas ganado riquezas, sigue tu corazón, puesto que éstas de
provecho no son si tu corazón está cansado. No disminuyas el tiempo de
seguir a tu corazón. Es aborrecimiento del alma.
Aquellos que son guiados no se pierden, pero esos que están perdidos no
pueden encontrar un sendero recto. Si andas entre los hombres, hazlo por
ti mismo, Ama, el inicio y el fin del corazón.
Si alguien viniere a ti por consejo, deja que hable libremente, que
aquello por lo que ha venido a ti sea hecho. Si duda en abrir su corazón
a ti, es por causa tuya, el juicio, es incorrecto.
No repitas un diálogo extravagante, ni lo escuches, puesto que es la
palabra de uno que no está en equilibrio. No hables de eso, para que el
que esté frente a ti conozca la sabiduría.
El silencio es de gran beneficio. Una abundancia de diálogo no es de
provecho. No exaltes tu corazón sobre los hijos de los hombres, para que
no sea llevado más abajo que el polvo.
Si eres grande entre los hombres, sé honrado por el conocimiento y la
gentileza. Si buscas conocer la naturaleza de un amigo, no pidas su
compañía, sino pasa un tiempo a solas con él. Debate con él, probando su
corazón por sus palabras y su porte.
Eso que va a guardarse debe surgir, y las cosas que son tuyas deben
compartirse con un amigo.
El conocimiento considerado por el tonto como ignorancia, y las cosas
que son de provecho son hirientes para él. Él vive en la muerte. Es, por
lo tanto, su alimento.
El hombre sabio permite que su corazón se desborde, pero mantiene en
silencio su boca. Oh hombre, escucha a la voz de la sabiduría, escucha a
la voz de la luz.
Misterios existen en el Cosmos que revelados llenan al mundo con su luz.
Permitan al que sería libre de los límites de la oscuridad primero
distinga lo material de lo no material, el fuego de la tierra, puesto
que sepan que cuando la tierra desciende a la tierra, así también el
fuego desciende sobre el fuego y se vuelve uno con el fuego. Aquel que
conoce el fuego que está en su interior ascenderá hacia el fuego eterno y
morará en él eternamente.
El fuego, el fuego interno, es la más potente de toda fuerza, puesto que
sobrepasa las cosas y penetra a todas las cosas de la Tierra. El hombre
se soporta solamente hasta donde pueda resistir. Así que la Tierra debe
resistir al hombre si no existiera.
Todos los ojos no ven con la misma visión, puesto que para uno un objeto
parece de una forma y color y diferente para el ojo de otro. Así
también el fuego infinito, cambiando de color a color, nunca es el mismo
día a día.
Así, hablo yo, THOTH, de mi sabiduría, puesto que un hombre es un fuego
ardiendo a través de la noche; nunca es apagado en el velo de la
oscuridad, nunca es apagado por el velo de la noche.
Dentro de los corazones de los hombres, busqué mi sabiduría, no los
encontré libres de la esclavitud de la disputa. Liberen de las
dificultades, a su fuego, oh mi hermano, ¡para que no sean sepultados en
la sombra de la noche!
Escucha, oh hombre, y escucha esta sabiduría: ¿en dónde termina el
nombre y la forma? Solamente en la conciencia, invisible, una fuera
infinita de resplandor brilla. Las formas que creas iluminando su visión
son verdaderamente efectos que siguen tu causa.
El hombre es una estrella ligada a un cuerpo, hasta el final, él es
liberado a través de su contienda. Solamente por medio de lucha y
trabajo lo más duro que puedas, la estrella dentro de ti brotará a una
nueva vida. Para el que conoce el comienzo de todas las cosas, libre es
su estrella del reino de la noche.
Recuerda, oh hombre, que todo lo que existe solamente es otra forma de
eso que no existe. Todo lo que tiene ser está pasando a otro ser y tu
mismo no eres una excepción.
Considera la Ley, puesto que todo es Ley. No busques eso que no sea de
la Ley, puesto que tal cosa existe solamente en las ilusiones de los
sentidos. La sabiduría llega a todos sus hijos incluso cuando ellos
vienen a la sabiduría.
Todo a través de las eras, ha sido escondido de la luz. Despierta, oh
hombre, y se sabio.
En lo profundo de los misterios de la vida he viajado, buscando e
indagando eso que está escondido.
Escúchate, oh hombre, y se sabio. Lejos debajo de la corteza terrestre,
en los Salones de Amenti, misterios vi que están escondidos de los
hombres.
Con frecuencia he caminado por el profundo pasaje escondido, mirado en
la Luz que es la Vida entre los hombres. Ahí debajo de las flores de la
Vida siempre viviente, busqué los corazones y los secretos de los
hombres. Encontré que el hombre está viviendo en la oscuridad, la luz
del gran fuego está escondida en el interior.
Ante los Señores de la escondida Amenti aprendí la sabiduría que doy a
los hombres.
Maestros son ellos de la gran Sabiduría Secreta, traída del futuro del
fin de la infinidad. Siete son ellos, los Señores de Amenti, señores
ellos de los Niños de la Mañana, Soles de los ciclos, Maestros de
Sabiduría.
¿No están formados ellos como los hijos de los hombres? TRES, CUATRO,
CINCO Y SEIS, SIETE, OCHO, NUEVE son los títulos de los Maestros de los
hombres.
Del distante futuro, sin forma no obstante formándose, llegaron ellos
como maestros para los hijos de los hombres. Viven ellos para siempre,
no obstante no de la vida, sin lazos a la vida y no obstante libres de
la muerte.
Gobiernan ellos para siempre con infinita sabiduría, ligados sin estar
ligados a los oscuros Salones de la Muerte. La vida que ellos tienen,
vida que no es vida, libres de todo ellos son los Señores del TODO.
De ellos surgió el Logos, instrumentos ellos del poder sobre todo. Vasto
es su semblante, no obstante escondidos en la pequeñez, formados por
una formación, conocidos pero desconocidos.
TRES mantiene la clave de toda la magia escondida, creador él de los
salones de los Muertos; enviando poder, envolviendo con oscuridad,
atando a las almas de los hijos de los hombres; enviando la oscuridad,
atando la fuerza del alma; director de lo negativo de los hijos de los
hombres.
CUATRO es el que suelta el poder. Señor, él, de la Vida de los hijos de
los hombres. La luz es su cuerpo, la flama es su semblante; libertador
de almas para los hijos de los hombres.
CINCO es el maestro, el Señor de toda la magia – Llave a La Palabra que
resuena entre los hombres.
SEIS es el Señor de la Luz, el camino oculto, camino de las almas de los
hijos de los hombres.
SIETE es aquel que es el Señor de la vastedad, maestro del Espacio y la
llave de los Tiempos.
OCHO es el que pone orden al progreso; pesa y equilibra el viaje de los
hombres.
NUEVE es el padre, vasto es su semblante, formándose y cambiando de lo
que no tiene forma.
Medita sobre los símbolos que te doy. Claves son ellos, aunque
escondidas de los hombres.
Ve siempre hacia arriba, oh Alma de la mañana. Gira tus pensamientos
hacia la Luz y la Vida. Encuentra las claves de los números que te
traigo, ilumina el camino de la vida hacia la vida.
Busca con sabiduría. Lleva tus pensamientos al interior. No cierres tu
mente a la flor de la Luz.
Coloca en tu cuerpo una imagen formada de pensamiento. Piensa en los
números que te guían a la Vida.
Claro es el camino al que tiene sabiduría. Abre la puerta al Reino de la
Luz.
Vierte tu flama como un Sol de la mañana. Apaga la oscuridad y vive en
el día.
Toma, ¡oh hombre! Como parte de tu ser, a los Siete que son pero no son
como parecen. He abierto, ¡oh hombre!, yo mi sabiduría. Sigue el camino
en la forma que he guiado.
Maestros de Sabiduría. SOL de la LUZ DE LA MAÑANA y VIDA para los hijos
de los hombres
TABLA IV EL NACIDO DEL ESPACIO
Escucha, oh hombre, la voz de la sabiduría, escucha la voz de THOTH, el
Atlante. Libremente doy a ustedes mi sabiduría, reunida del tiempo y
espacio de este ciclo; maestro de los misterios, SOL de la mañana,
viviendo por siempre, un niño de la LUZ, brillando con resplandor,
estrella de la mañana. THOTH el maestro de los hombres, es de TODOS.
Hace mucho tiempo, yo en mi niñez, yacía debajo de las estrellas en la
hace tiempo enterrada ATLÁNTIDA, soñando con los misterios lejos de los
hombres. Entonces en mi corazón creció un gran anhelo por conquistar el
camino que guiaba a las estrellas. Año tras año, busqué la sabiduría,
buscando nuevo conocimiento, siguiendo el camino, hasta que al fin mi
ALMA, en gran labor, se liberó de su esclavitud y se apartó. Libre fui
de la esclavitud del hombre terrestre. Libre del cuerpo, destellé a
través de la noche. Abierto para mí, al fin, estaba el espacio estelar.
Libre fui de la esclavitud de la noche. Ahora en el fin del espacio
busqué sabiduría, mucho más allá del conocimiento del hombre finito.
Lejos en el espacio, mi ALMA viajó libremente hacia el círculo de luz de
la infinidad. Extraños, más allá del conocimiento, eran algunos de los
planetas, grandes y gigantes, más allá de los sueños de los hombres. No
obstante encontré la Ley, en toda su belleza, trabajando a través y
entre ellos como aquí entre los hombres. Proyecté mi alma a través de la
belleza de la infinidad, lejos a través del espacio volé con mis
pensamientos. Descansé ahí en un planeta de belleza. Variedades de
armonía llenaban el aire. Formas habían, moviéndose en Orden, grandes y
majestuosas como estrellas en la noche; organizadas en armonía, en
equilibrio ordenadas, símbolos de lo Cósmico, como en la Ley. Muchas de
las estrellas pasé en mi viaje, muchas de las razas de los hombres en
sus mundos; algunos llegando alto como las estrellas de la mañana,
algunos cayendo bajo en la negrura de la noche. Todos y cada uno de
ellos luchando, ganando las alturas y sondando, moviéndose a veces en
los planos de la brillantez, viviendo a través de la oscuridad, ganando
la Luz. Sabe, oh hombre, que la Luz es tu herencia. Sabe que la
oscuridad solamente es un velo. Sellado en tu corazón está el resplandor
eterno, esperando el momento de libertad para conquistar, esperando por
desgarrar el velo de la noche. Algunos encontré que habían conquistado
lo etéreo. Libres del espacio estaban ellos no obstante eran hombres.
Usando la fuerza que es la base de TODAS las cosas, lejos en el espacio
construyeron ellos un planeta, atraídos por la fuerza que fluye a través
de TODO; condensando, fusionando lo etéreo en formas, que crecieron
como ellos desearon. Aventajados en ciencias, ellos, todas las razas,
poderosos en sabiduría, hijos de las estrellas. Largo tiempo me detuve,
observando su sabiduría. Los vi crear de las gigantescas ciudades
etéreas de rosas y oro. Formadas del elemento primario, base de toda la
materia, lo etéreo extenso. Lejos en el pasado, ellos habían conquistado
lo etéreo, liberados de la esclavitud del trabajo duro; formaban en su
mente solamente una imagen y rápidamente se creaba, crecía. Después, mi
alma se apresuró, a través del Cosmos, siempre viendo, cosas nuevas y
viejas; aprendiendo que el hombre verdaderamente es nacido del espacio,
un Sol del Sol, un hijo de las estrellas. Sus cuerpos no son nada más
que planetas girando alrededor de sus centros solares. Cuando hayan
ganado la luz de toda la sabiduría, libres serán para brillar en lo
etéreo ? uno de los Soles que brilla en la oscuridad exterior – uno de
los nacidos del espacio que llegó a ser Luz. Así como las estrellas a
tiempo pierden su brillo, la luz pasa de ellas a la gran fuente, así, oh
hombre, el alma pasa hacia delante, dejando detrás la oscuridad de la
noche. Formado tú, de lo etéreo primario, lleno con el brillo que fluye
de la fuente, atado por lo etéreo fusionado alrededor, no obstante
siempre ardiendo hasta que, al fin, eres libre. Viajé yo a través del
espacio-tiempo, sabiendo que mi alma, al fin, era puesta en libertad,
sabiendo que ahora debo buscar la sabiduría. Hasta que al final, pasé a
un plano, oculto del conocimiento, no conocido para la sabiduría, una
extensión más allá de todo lo que conocemos. Ahora, oh hombre, cuando
tuve este conocimiento, feliz mi alma creció, puesto que ahora era
libre. Escucha, tu nacido del espacio, escucha mi sabiduría; no sabes
que tú, también, serás libre. Escucha nuevamente, oh hombre, a mi
sabiduría, que escuchando, tú también, puedes vivir y ser libre. No de
la tierra eres tú – terrestre, sino hijo de la Infinita Luz Cósmica. ¿No
sabes tú, oh hombre, de tu herencia? ¿No sabes que tú eres
verdaderamente de la Luz? Sol del Gran Sol, cuando ganas sabiduría,
verdaderamente consiente eres de tu parentesco con la Luz. Ahora, a ti,
doy mi conocimiento, libertad para andar por el camino que he caminado,
mostrándote verdaderamente cómo, con esfuerzo, anduve por el camino que
lleva a las estrellas. Escúchate, oh hombre, y conoce tu esclavitud,
sábete cómo liberarte de los problemas. Fuera de la oscuridad te
elevarás, uno con la Luz y uno con las estrellas. Sigue siempre el
camino de la sabiduría. Solamente desde aquí te elevas desde abajo. El
destino del hombre siempre lo lleva hacia delante, hacia las Curvas del
TODO infinito. Sábete, oh hombre, que todo el espacio está ordenado.
Solamente por medio del Orden eres Uno con el TODO. El Orden y el
Equilibrio son la Ley del Cosmos. Síguela y serás Uno con el TODO. Aquel
que siguiera el camino de la sabiduría, abierto debe estar a la flor de
la vida, extendiendo su conciencia fuera de la oscuridad, fluyendo a
través de tiempo y del espacio en el TODO. Profundo en el silencio,
primero debes perdurar hasta que al fin seas libre del deseo, libre del
anhelo de hablar en el silencio. Conquista por el silencio, la
esclavitud de las palabras. Absteniéndote de comer hasta que hayamos
conquistado el deseo por la comida, que es la esclavitud del alma.
Después yace en la oscuridad. Cierra tus ojos de los rayos de la Luz.
Centra tu fuerza del alma en el lugar de tu conciencia, liberándola de
las ataduras de la noche.
Coloca en tu mente la imagen que desees. Imagina el lugar que desees
ver. Vibra de aquí para allá con tu poder. Desaten el alma de su noche.
Ferozmente debes sacudirte con todo tu poder hasta que al final su alma
sea libre. Poderosa más allá de las palabras es la flama de lo Cósmico,
colgando en los planos, desconocida para el hombre; poderosa y
equilibrada, moviéndose en Orden, música de las armonías, mucho más allá
del hombre. Hablando con música, cantando con color, arde desde el
inicio de TODA la eternidad. Chispa de la flama son ustedes, oh mis
niños, ardiendo con color y viviendo con música. Escuchen la voz y
ustedes serán libres. La libre conciencia está fusionada con lo Cósmico,
Una con el Orden y Ley del TODO. Que no sabes hombre, que de la
oscuridad, la Luz surgirá, un símbolo del TODO. Haz esta oración por
logro o sabiduría. Ora por la llegada de la Luz al TODO. Poderoso
ESPÍRITU de LUZ que brilla a través del Cosmos, lleva mi flama más cerca
en armonía hacia ti. Eleva mi fuego de la oscuridad, magneto del fuego
que Uno con el TODO. Eleva mi alma, tú poderoso y fuerte. Hijo de la
Luz, no te apartes. Llévame en poder para fundirme en tu horno; Uno con
todas las cosas y todas las cosas en Uno, fuego del esfuerzo de vida y
Uno con el Cerebro. Cuando hayas liberado tu alma de su esclavitud,
sábete que para ti la oscuridad se ha ido. Siempre a través del espacio
puedes buscar sabiduría, atados no están los grilletes en la carne.
Hacia delante y arriba hacia la mañana, destella libre, oh Alma, hacia
los planos de la Luz. Muévete en Orden, muévete en Armonía, libremente
te moverás con los Hijos de la Luz. Busca y conoce, mi LLAVE a la
Sabiduría. Así, oh hombre, seguramente serás libre
TABLA V EL MORADOR DE UNAL
Con frecuencia sueño con la sepultada Atlántida, perdida en las eras que
han pasado a la noche. Eón tras Eón exististe en la belleza, una luz
brillando a través de la oscuridad de la noche.
Poderoso en poder, gobernando a los nacidos en la tierra, Señor en la
Tierra en los días de la Atlántida.
Rey de las naciones, maestro de sabiduría, LUZ a través de SUNTAL,
guardián del camino, habitó en su TEMPLO, el MAESTRO DE UNAL, LUZ de la
Tierra en los días de la Atlántida.
Maestro, ÉL, de un ciclo más allá de nosotros, viviendo en cuerpos como
uno entre los hombres.
No como el nacido en la tierra, ÉL más allá de nosotros, SOL de un
ciclo, avanzó más allá de los hombres.
Sábete, oh hombre, que HORLET el Maestro, nunca fue uno con los hijos de
los hombres.
Lejos en la época pasada cuando la Atlántida creció primero como un
poder, apareció ahí uno con la CLAVE de la SABIDURÍA, mostrando el
camino de la LUZ a todos.
Mostró él a todos los hombres el camino del logro, el camino de la Luz
que fluye entre los hombres. Dominando la oscuridad, guiando al ALMA
HUMANA, hacia las alturas que eran Una con la Luz.
Dividió los Reinos, ÉL en secciones.
Diez fueron ellas, gobernadas por los hijos de los hombres.
Sobre otra, construyó ÉL un TEMPLO, construida pero no por los hijos de
los hombres.
De lo ETÉREO llamó ÉL su sustancia, moldeada y formada por el poder de
YTOLAN en las formas que ÉL construyó en Su mente.
Milla sobre milla cubrió la isla, espacio tras espacio creció en su
poder.
Negra, no obstante no negra, sino oscura como el espacio-tiempo,
profunda en su corazón la ESENCIA de LUZ. Rápidamente el TEMPLO se hizo
físico, moldeado y formado por la PALABRA del MORADOR, extraído de lo
que no tiene forma a lo que sí.
Construyó ÉL entonces, dentro de éste, grandes cámaras, lo llenó con
formas que surgieron de lo ETÉREO, lo llenó con sabiduría surgida de Su
mente.
Carente de forma era ÉL dentro de su TEMPLO, no obstante formado estaba
ÉL a imagen del hombre.
Habitando entre los hombre no obstante no uno de ellos, extraño y muy
diferente era ÉL de los hijos de los hombres.
Eligió ÉL entonces de entre las personas, a TRES que se volvieron su
portal.
Eligió ÉL a los TRES de los Superiores para que se volvieran sus enlacen
con la Atlántida.
Mensajeros ellos, quienes trajeron su consejo, para los reyes de los
hijos de los hombres.
Trajo ÉL a los demás y les enseñó sabiduría; maestros, ellos, para los
hijos de los hombres. Los colocó ÉL en la isla de UNDAL para que
permanecieran como maestros de LUZ para los hombres.
Cada uno de esos que fueron, así, elegidos, enseñado debe ser por años
cinco y diez.
Solamente así podría él tener entendimiento para traer la LUZ a los
hijos de los hombres. Así llegaron a estar dentro del Templo, una morada
para el Maestro de los hombres.
Yo, THOTH, siempre he buscado sabiduría, buscando en la oscuridad y
buscando en la Luz.
Mucho en mi juventud anduve por el camino, buscando siempre ganar nuevo
conocimiento.
Hasta después de mucho esfuerzo, uno de los TRES, trajo a mí la LUZ.
Me trajo ÉL a mí las órdenes del MORADOR, me llamó de la oscuridad hacia
la LUZ. Me trajo ÉL, ante el MORADOR, en lo profundo del Templo ante el
gran FUEGO.
Ahí en el gran trono, contemplé yo, al MORADOR, vestido con la LUZ y
destellando con fuego. Me arrodillé ante la gran sabiduría, sintiendo la
LUZ fluir a través de mí en oleadas.
Escuché entonces la voz del MORADOR: ?Oh oscuridad, ven a la Luz. Por
largo tiempo has buscado el camino a la LUZ.
Cada alma en la tierra que afloja sus grilletes, pronto será libre de la
esclavitud de la noche.
De la oscuridad
![]() |
No hay comentarios:
Publicar un comentario