sábado, 25 de enero de 2014

LA ESTRELLA DEL YO CÓSMICO.
COMO ACTIVARLA Y PARA QUE.

A unos 12 metros sobre nuestras cabezas, sobre todos los Portales de Luz, más allá de la Red Crística Personal, se encuentra esta gran estrella también llamada el Portal del Universo, un portal a nuestra verdadera esencia, a nuestra energía Cósmica.

Cuando esta estrella esta activa, estamos en comunión con nuestro Ser Crístico y por fin comenzamos a sincronizarnos y centrarnos en aquello que realmente somos, más allá de la vida humana y planetaria.



Esta Estrella de Luz es un previo paso hacia la Iluminación, hacia la Conciencia Superior. No hay más allá nada que desde aquí, desde la Tierra, podamos interiorizar y comprender.

El hombre, durante siglos, intentó más, llegar siempre más lejos, pero ay qué gran desdicha cuando reconoció ser únicamente un pedazo de sí mismo. Cuando el hombre sintió y comprendió esta división, intentó jugar a los dioses en la Tierra y trabajar ajeno a la voluntad de su propio centro celestial, aquello que en verdad somos. Entonces creció, pero no en el sentido correcto, sino en la soberbia, y hoy, como hermanos, volvemos a crecer, pero ahora en el sentido correcto.

Solo somos semillas, maduramos, naturalmente, crecemos, sembramos luz, bellas semillas regadas por el amor divino, pero no somos dioses, no aquí en este cuerpo ni en esta pequeña conciencia dormida.

Cuando esta estrella se activa, el pequeño hombre ha descubierto esta gran verdad y se aproxima al Templo de su Yo Superior, humildemente, para aceptar ser Semilla Divina.

El trabajo en la activación de este centro de luz requiere la presencia de un Maestro, principalmente debe de ser un Maestro físico pero en casos excepcionales puede conectarse con una presencia únicamente de Luz. Su presencia física nos ayudará a centrar las energías y a guiar nuestros pasos así como trabajará en sembrar nuestra máxima virtud en la Tierra, el Amor Incondicional y la Conciencia.


El trabajo consiste en entrar en nuestro interior, sembrar un pedacito de nosotros y regarlo con nuestro amor.

Algo muy sencillo, imaginándolo o sintiendo que lo hacemos.

Luego tomamos conciencia de todo nuestro Ser en la Tierra. Nos expandimos y nos expandimos y llegaremos a unos 12 metros o más de radio a nuestro alrededor. Sentimos todo nuestro huevo áurico, todo nuestro espacio.

Entonces sentimos que somos regados de Amor.

Igual que nosotros regamos nuestro pedazo en nuestro interior, así somos regados desde el Macrocosmos.

Este bello y sencillo ejercicio nos ayuda a sincronizar y sentir el Yo Cósmico, su inmensidad y servicio hacia nosotros como pedazo de sí mismo.

una herramienta más para nuestra asencion..

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