LA TIERRA HUECA
Antes de que Colón descubriera América, la existencia de un nuevo mundo
cruzando el Atlántico, en la forma de un continente occidental, se consideraba
el sueño de un loco. Lo mismo ocurre, en nuestra época, con la
existencia de un mundo nuevo, un mundo subterráneo, en el interior hueco
de la tierra; una tierra tan desconocida para la humanidad actual como
el continente americano para los europeos antes del descubrimiento de
Colón. Por lo tanto, no hay ninguna razón para que no pueda también ser
descubierto y que se establezca su existencia como un hecho.
Amoldo de Azevedo, en su libro Physical Geography, escribió lo siguiente
sobre el mundo misterioso debajo de nuestros pies, sobre el cual los
científicos no conocen más que unos kilómetros de profundidad, y sólo
consideran teorías, hipótesis y conjeturas para ocultar su ignorancia:
“Tenemos, debajo de los pies, una inmensa región, cuyo radio es de 6.290
kilómetros, completamente desconocida, que desafía el egocentrismo y la
competencia de los científicos”.
Esta aseveración es verdadera. Hasta la fecha, los científicos sólo han
penetrado unos kilómetros hacia el interior de la Tierra, y no saben
nada sobre qué hay más abajo. Se aferran a conjeturas, adivinanzas y
suposiciones. Muchas de las teorías y creencias de aceptación común
sobre el interior de la tierra no se apoyan en una base científica,
parecen originarse en la antigua idea eclesiástica del fuego del
infierno en el centro de la tierra. La creencia científica de que el
centro de la tierra es una masa de fuego y metal fundido no cuenta con
mayor evidencia que la religiosa. Las dos son meras suposiciones sin un
gramo de prueba. Es probable que surgiera del hecho de que cuanto más se
penetra en la tierra, mayor es la temperatura, pero es absurdo suponer
que este aumento de temperatura continúa hasta el centro de la tierra.
No hay evidencia que apoye esta teoría. Es más probable que el aumento
de temperatura siga hasta llegar al nivel donde se originan la lava
volcánica y los terremotos, probablemente debido a la presencia de
muchas sustancias radioactivas en el lugar. Después de pasar esta capa
de calor máximo, no hay nada que impida que la temperatura descienda
cada vez más hasta el centro de la tierra.
La superficie total de la Tierra es de 317 millones de kilómetros
cuadrados y el peso estimado es de 6.000.000.000.000.000.000.000 de
toneladas. Si la tierra fuera una esfera sólida, el peso sería mucho
mayor. Esta es una de las evidencias científicas de que el interior de
la tierra es hueco. Este autor cree que la concepción más veraz de la
estructura de la tierra se basa en la idea de que, cuando estaba en
estado fundido durante su formación, una fuerza centrífuga hizo que las
sustancias más pesadas fueran arrojadas hacia afuera, a la periferia, en
forma de rocas y metales, para formar la corteza externa. El interior
quedó hueco, con aberturas en los polos, donde la fuerza centrífuga era
menor y donde había menor tendencia a arrojar materiales hacia afuera.
Sin embargo, esta tendencia era mayor en el ecuador, lo cual explica que
la tierra sobresalga en esta región. Se estima que, como consecuencia
de la rotación de la tierra sobre su eje durante el estado de formación,
se formaron depresiones polares y aberturas, que miden alrededor de
2.260 kilómetros de diámetro.
También presentaremos evidencia que indica que parte del fuego y
materiales incandescentes originales permanecieron en el centro de la
tierra, para formar un sol central, por supuesto mucho más pequeño que
el nuestro, pero capaz de emitir luz y permitir el crecimiento de
plantas. Además, veremos que la aurora boreal, o rayos de luz, que
iluminan el cielo ártico por la noche provienen de este sol central
cuyos haces pasan a través de la abertura polar. Por lo tanto, si la
tierra fue una bola de fuego y metal fundido en su origen, parte de este
fuego permaneció en el centro, mientras la fuerza centrífuga hizo que
la materia sólida fuera arrojada hacia la superficie, a causa de la
rotación sobre el eje. Esta materia formó una corteza sólida y el
interior quedó hueco con una bola de fuego en el centro, que formó un
sol central que proporciona iluminación para las plantas, los animales y
los humanos.
La primera persona que presentó esta teoría de que la tierra fuera hueca
con aberturas en los polos fue un pensador de los Estados Unidos,
William Reed, autor del libro Phantom ofthe Poles, publicado en 1906.
Aquí encontramos la primera recopilación de evidencia científica, basada
en informes de exploradores árticos, que apoyan la teoría de que la
tierra es hueca con aberturas en los polos. Reed calcula que la corteza
de la tierra tiene un grosor de 1,300 kilómetros y que el interior hueco
tiene un diámetro de 10.300 kilómetros. Reed resume su teoría
revolucionaria de la siguiente manera: “La tierra es hueca. Los polos,
tan buscados, son fantasmas. Existen aberturas en las extremidades norte
y sur. En el interior hay vastos continentes, océanos, montañas y ríos.
La vida vegetal y animal es evidente en este nuevo mundo, y es probable
que esté poblado por razas desconocidas para los habitantes de la
superficie terrestre.”
Reed señalaba que la tierra no es una verdadera esfera, sino que está
achatada en los polos, o que comienza a achatarse cuando uno llega a los
hipotéticos polos, que en realidad no existen porque allí están las
aberturas que dan al interior hueco. Por lo tanto, los polos están en el
aire, en el centro de las aberturas polares y no en la superficie como
suponen.
Reed afirma que es posible descubrirlos porque la tierra es hueca en
esos polos, que en realidad están en el medio del aire, debido a la
existencia de las aberturas polares que dan al interior. Cuando los
exploradores creían llegar al polo, era porque los confundían el
comportamiento extraño de la brújula a latitudes tan altas, al norte y
al sur. También dice que esto ocurrió en el caso de Peary y Cook,
ninguno de los cuales de veras llegó al Polo Norte, como veremos más
adelante.
Entre las latitudes de 70 y 75 grados al norte y al sur, la tierra
comienza a hacer una curva hacia adentro. El polo es sólo el borde
externo de un círculo magnético alrededor de la abertura polar. En el
pasado reciente, los exploradores árticos soviéticos demostraron que el
polo norte magnético, una vez creído un punto en el Archipiélago Ártico,
es una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros de largo. Sin embargo,
como ya señalamos, es una línea circular, no recta, que constituye el
borde de la abertura polar. Cuando un explorador arriba al borde, ha
llegado al polo norte magnético; y aunque la brújula siempre apunta
hacia allí al pasarlo, en realidad no es el polo Norte (a pesar de que
uno cree que sí y que descubrió el polo). Al llegar a este círculo
magnético (el borde de las aberturas polares), la aguja magnética de la
brújula apunta hacia abajo. Muchos exploradores árticos han observado lo
mismo después de alcanzar latitudes altas, cerca de 90 grados, y se
sintieron confundidos por la acción inexplicable de la brújula y su
tendencia a apuntar hacia arriba. (Se encontraban en las aberturas
polares, y el compás apuntaba hacia el polo norte magnético, que estaba
en el borde de la abertura.)
A medida que la Tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico,
como el de un trompo. El polo giroscópico externo es el círculo
magnético del borde de la abertura polar. Más allá del borde, la tierra
se achata y se inclina en forma gradual hacia el interior hueco. El
verdadero polo está en el centro de la abertura de los polos, que, por
consecuencia, no existen. Aquellos que afirmaron descubrirlos no dijeron
la verdad, aunque así lo hayan creído. Los confundió la acción
irregular de la brújula en latitudes elevadas. Por esta razón, ni Cook,
ni Peary, ni ningún otro explorador llegaron a los Polos Norte y Sur, y
nunca lo harán. Apareció un artículo muy interesante sobre este tema en
la edición de marzo de 1962 de Flying Saucers, escrito por su editor,
Ray Palmer, quien cree que los platillos voladores provienen del
interior de la Tierra y salen por las aberturas polares. El artículo se
titula “The North Pole - Russian Style”. Describe los increíbles
descubrimientos de los exploradores árticos rusos, que confirman la
teoría de la tierra hueca con aberturas polares, así como lo hacen las
observaciones de los exploradores árticos a los que nos referiremos más
adelante. El artículo tiene el siguiente subtítulo: “Más evidencia de
tierras misteriosas en los polos. Doscientos años de exploraión le han
dado a los rusos un nuevo concepto del polo, que vuelve obsoleta toda
geografía anterior. ¡Estos son los hechos irrefutables!”. Citaremos de
este articulo: “Muchos lectores se acordarán de los artículos en que
damos cuenta de nuestras teorías de que hay algo misterioso en el área
polar de la tierra. Hemos sugerido que hay mucha más ‘área’ en los polos
de lo que es posible representar en el mapa del globo. Hemos señalado
los extraños vuelos del Almirante Byrd más allá del polo; también el
caso de las montañas perdidas y el hecho de que un arma (militar)
desestimara la habilidad cartográfica de otras ramas del mismo ejército.
Inclusive hemos sugerido que la tierra es hueca y que existen aberturas
gigantes de 3.400 kilómetros en los polos y hemos afirmado que hay
abundante evidencia de estas aberturas. También hemos señalado que
existe mucha reserva y ambigüedad sobre las áreas ártica y antártica.
Asimismo, hemos sugerido que los platillos voladores tal vez provengan
de esta área misteriosa o de adentro de la tierra. Una de nuestras
afirmaciones más insistentes es que, hasta el momento, nadie llegó al
Polo Norte; todas las afirmaciones de que se llega, son falsas, porque
el polo no es un punto al cual se pueda ‘llegar’ en el sentido aceptado
de la palabra. Hemos puesto en tela de juicio a aquellos pilotos que
afirman volar sobre el Polo Norte todos los días. En el caso del aviador
de los Estados Unidos, explicamos la maniobra estándar, que
imposibilita que vuele más allá del polo porque lo cruza. (Es decir,
cruza la abertura polar en lugar de entrar en ella. El autor.) Debido a
dificultades de navegación que se originan en las brújulas de toda
clase, un aviador ‘perdido’ (cuyo compás no funciona como es debido)
recobra su ubicación al doblar en cualquier dirección, hasta que la
brújula retoma su funcionamiento normal. Las aerolíneas comerciales,
cuya publicidad se jacta de volar varias veces por día sobre el polo,
exageran la realidad por 3.700 kilómetros. (Sólo cruzan el borde
magnético de la abertura polar, donde la brújula registra el grado más
alto del norte, pero no llegan al Polo Norte, que es el punto central de
la abertura polar. El autor.)
EL POLO NORTE MAGNÉTICO
En algún momento, se lo consideró un punto en el Archipiélago Ártico.
Investigaciones recientes demuestran que se extiende por la depresión
polar hasta la Península Taimyr en Siberia. Las líneas representan
meridianos magnéticos. (Concepción más reciente del polo norte
magnético; basado en la investigación de científicos rusos.)
Tenemos a nuestra disposición, en la forma de registros de varios
cientos de años y en archivos rusos, la historia de la exploración
ártica que prueba más allá de la duda, el punto más importante que
queremos transmitir; que el polo norte magnético no es un punto, sino
—según los rusos— una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros. Antes
de seguir adelante, queremos aclarar que nosotros creemos que esta
deducción es errónea, y que la línea es en realidad un círculo. A raíz
de la falta de espacio para situarla en el globo, los rusos se ven
obligados a comprimir sus observaciones en un área de dos dimensiones:
apretaron los dos costados del círculo y hacen una línea del círculo.
Ahora, quisiéramos dar un resumen de ese punto de la exploración rusa,
que en realidad cubre mucho más que sólo el geomagnetismo: Los
navegantes en latitudes altas siempre tuvieron problemas con el extraño
comportamiento de las brújulas magnéticas, causado por las aparentes
irregularidades y asimetrías en el campo magnético de la tierra. Los
primeros mapas magnéticos fueron creados con esta premisa, basados en
suposiciones esperanzadas, de que el polo norte magnético fuera un
punto. Por ende, se esperaba que la aguja de la brújula, que baja cada
vez más al acercarse al polo magnético, apuntara hacia abajo al llegar
allí. Sin embargo, la información de muchas expediciones rusas y otras
mostraban que la aguja apunta hacia abajo a lo largo de un gran trayecto
que cruza el Océano Ártico, desde un punto en el noroeste de la
Península Taimyr hasta otro en el Archipiélago Ártico. Este
descubrimiento, en un principio, inspiró la hipótesis de que hay un
segundo polo norte magnético, ubicado a los 86 grados longitud este.
Observaciones más refinadas descartaron esta idea. El mapa del campo
magnético, ahora, muestra los meridianos magnéticos que corren juntos en
un grupo de líneas desde el norte del Archipiélago Ártico hasta
Sibería. Se ha demostrado que el polo norte magnético, alguna vez
considerado un punto en el Archipiélago Ártico, se extiende por la
depresión polar hasta la Península Taimyr en Siberia.
El ‘polo’, en términos de magnetismo, es un área muy extendida, que
cruza la depresión polar de un continente al otro. Tiene una longitud de
por lo menos 1.600 kilómetros y es probable que existan 1.600
kilómetros más como una línea difusa. (No es un punto en el norte
lejano, sino el borde de la abertura polar, ya que después de pasarlo y
entrar en la abertura que lleva al interior de la tierra, el Almirante
Byrd dejó atrás el hielo y la nieve árticos y entró en un territorio más
cálido. El autor.) Cualquier otro explorador ártico que lleve una
brújula magnética - sostiene- que llegue al polo, sólo puedo decir que
llegó a un punto, que puede estar en cualquier lado demostrable dentro
de un área de 3.200 kilómetros (el borde magnético de la abertura
polar), donde el compás señalaba hacia abajo. Es un logro destacable,
pero no el descubrimiento del polo.
Ya que otras clases de brújulas, como la guía giroscópica y de inercia,
tienen limitaciones igualmente vagas, nos animamos a afirmar que nadie
ha llegado al polo y que no existe un polo al cual llegar.
Luego, al no encontrar explicación para el comportamiento extraño de la
brújula en la depresión polar, los teóricos recurrieron al espacio y la
atmósfera superior e, inclusive al sol, para explicar lo que les ocurre a
los instrumentos. Entonces, decidieron que el polo es ‘la interacción
entre el campo magnético y las partículas cargadas, provenientes del
sol’. Más significativas aún son las referencias a los cartógrafos
anteriores, cuyos mapas son ‘nubes petrificadas en la imaginación de los
cartógrafos como masas de tierra’. La armada se sintió molesta cuando
el ejército dijo que las montañas perdidas del Polo Sur nunca estuvieron
allí, porque no podían encontrarlas con sus propias conjeturas
confusas, basadas en el polo magnético, que no existe. En la actualidad,
descubrimos que las áreas nuevas de tierra están ‘descubiertas’, y que
se descartan los viejos mapas porque las tierras que muestran ya no
existen. (Esta confusión se debe a la acción irregular de la brújula en
el norte lejano, debido a que el polo norte magnético no es un punto
como suponían los cartógrafos, sino un círculo alrededor del borde de la
abertura. El autor.)
Esto nos trae al tema de las ‘tierras misteriosas’ de gran extensión en
las áreas polares, que no se pueden situar en el globo sin superposición
con otras extensiones.
Es sabido que los polos magnéticos del norte y sur no coinciden con los
polos geográficos, como ocurriría si la tierra fuera una esfera sólida,
convexa en los polos. La razón de que los polos magnético y geográfico
no coincidan es que, mientras el polo magnético está sobre y a lo largo
del borde de la abertura polar, el geográfico está en el centro, en el
aire, no en tierra sólida. Como veremos más adelante, el verdadero polo
magnético y centro de gravedad no es un borde externo de la abertura
polar, sino un punto en el centro de la corteza terrestre, que estará a
650 kilómetros de profundidad, y corre a lo largo de la abertura. Por
esta razón, la aguja de la brújula sigue apuntado en sentido vertical
hacia abajo cuando se pasa el borde de la abertura y se entra en ella.
Sólo después de pasar el centro, la aguja apuntaría hacia arriba en vez
de abajo. En ambos casos, después de llegar al borde de la abertura
polar, la brújula ya no funciona en sentido horizontal como antes, sino
vertical. Todos los exploradores árticos que llegaron a latitudes tan
elevadas hicieron la misma observación, y siempre los desconcierta. La
única explicación viene de la concepción de la tierra hueca y las
aberturas polares, con el polo magnético y el centro de gravedad en el
medio de la corteza de la Tierra y no en el centro geométrico. Como
resultado, el agua del océano en el interior de la corteza se adhiere a
la superficie interna al igual que a la externa. Podemos calcular que el
polo magnético del polo y el centro de gravedad son una línea circular
alrededor de la abertura polar, pero en el medio, a aproximadamente 650
kilómetros de la superficie de la Tierra. En apoyo de la concepción de
que el polo magnético está situado en el borde de la abertura polar,
Palmer cita los siguientes hechos. Entre cada polo magnético en la
Tierra pasan meridianos. Contrariamente a los meridianos geográficos que
miden la longitud, los magnéticos se mueven de este a oeste y de
vuelta. La diferencia entre los geográficos —el norte y sur verdaderos— y
la dirección en que apunta una brújula magnética, es decir el meridiano
magnético de un lugar, se llama declinación. La primera observación se
hizo en Londres en 1580, mostró una declinación hacia el este de 11
grados. En 1815, alcanzaba los 24,3 grados hacia el oeste, como máximo.
Esto significa un cambio de 35,5 grados en 235 años, equivalente a 3.416
kilómetros. Si dibujáramos un círculo alrededor del polo, con un radio
de 1.708 kilómetros, para que el diámetro fuera de 3.416 kilómetros,
representaría el borde de la abertura polar. El Polo Norte Magnético
pasó de un punto a otro diametralmente opuesto de este círculo, a 3.416
kilómetros de distancia, en 235 años. Por esta razón, el polo magnético y
el geográfico no coinciden. El geográfico es una extensión del eje de
la tierra —que está en el centro de la abertura polar— por lo tanto,
existe en el espacio vacío. Por ello, ningún explorador podrá
“descubrirlo”, ya que no está en tierra sólida.
Según Marshall Gardner, el borde de la abertura polar, que es el
verdadero polo magnético, es un gran círculo de 2.260 kilómetros de
diámetro. Es tan grande que cuando los exploradores lo pasan —como
hicieron muchos— la inclinación es tan gradual que no se dan cuenta de
que ingresan al interior de la Tierra; se imaginan que están en la
superficie. Por lo tanto, el polo magnético puede ser cualquier punto en
el círculo del borde magnético de la abertura polar. Palmer dice lo
siguiente al respecto:
“El punto de precisión del polo magnético existe en una sola porción de
la circunferencia por vez, y se mueve en forma progresiva alrededor del
círculo en una órbita definida, que tarda 235 años en recorrer. Es
decir, que el polo magnético viaja 29 kilómetros por año. Vuelos
militares y civiles sobre el polo se pueden realizar a diario sin que se
manifieste la menor evidencia del vasto agujero en la Tierra. Se
circunscribe el perímetro, a pesar de lo que creen, debido al error
original de suponer que pasan sobre un punto y no una gran
circunferencia, la cual tocan en un solo punto, para luego desviarse de
la curva natural porque viajan en línea recta. Si la tierra fuera una
esfera sólida, con dos polos en las puntas del eje, al ser un imán, los
magnéticos coincidirían con los geográficos. Que no sea así resulta
inexplicable dentro de la teoría de que la tierra es una esfera sólida.
La explicación se aclara cuando aceptamos la existencia de aberturas
polares, con polos magnéticos a lo largo del borde circular, en vez de
solamente en un punto fijo.”
Palmer cita una afirmación significativa de exploradores rusos: “La
exploración y la investigación muestran que tal vez en unos años la
comprensión humana abarque una enorme área nueva de la superficie
terrestre y los correspondientes dominios dentro de lo desconocido”.
Este comentario suena muy parecido a los del Almirante Byrd que dicen
que la región ártica es “el centro del gran desconocido”. Tal vez los
rusos conozcan su descubrimiento de “un nuevo y vasto territorio” más
allá del polo. Palmer comenta lo siguiente al respecto: “Esta es una
frase realmente estupenda. Contemplemos lo que de veras dice: que no
sólo la exploración, sino también la investigación demuestran que tal
vez en unos años la comprensión humana abarque una nueva área de enormes
regiones de la superficie terrestre y los correspondientes —esta
palabra es significativa— dominios dentro de lo desconocido. En otras
palabras, además de las áreas que podemos comprender e investigar con
exploración, hay grandes áreas que la comprensión humana todavía tiene
que comprender por medio de la investigación. Sí existen grandes áreas
desconocidas que están más allá de la comprensión humana, y ‘tal vez’
las descubramos y comprendamos en unos años. Es decir que, además de
áreas que podemos entender e investigar con la exploración, existen
grandes dominios que debemos abarcar con nuestra comprensión por medio
de la investigación. En las siguientes frases de los exploradores rusos
encontramos que hay mucha ‘perspectiva para el desarrollo’ en la
depresión polar, que, de acuerdo a las creencias actuales, es sólo agua
congelada. ¿Cuál es la gran perspectiva: cubos de hielo para el té? No,
debe haber posibilidades más interesantes, la clase vinculada con
grandes masas de tierra en un área desconocida aún sin explorar y
desarrollar.”
Palmer cita así a los rusos: “Hace sólo 30 años, más de la mitad del
área total de la depresión polar no había sido explorada, y 16 por
ciento era todavía ‘térra incógnita’ hace sólo 15 años. En la
actualidad, aunque sea una desilusión para los jóvenes geógrafos, el
área de los puntos en blanco en el mapa de la depresión polar se ha
reducido a casi nada. A la vez, para gran pena de los exploradores de
mayor experiencia y para grande y comprensible placer de los más
jóvenes, todavía quedan puntos en blanco en otras partes del Ártico. El
océano, el aire y la ionosfera todavía pueden encerrar misterios”.
Luego comenta sobre esta afirmación rusa: “Nos enteramos de que los
puntos en blanco en el mapa de la depresión polar han disminuido a casi
nada. Luego nos dicen que aún hay puntos en blanco en otras partes del
Ártico. ¿Dónde? Dicen que el océano, el aire y la ionosfera aún
encierran muchos misterios. En especial el océano, en cuya extensión
desconocida existen vastas masas de tierra que están más allá de nuestra
capacidad de ubicación en los mapas y también de nuestra comprensión.
Podemos decir que ésta es una afirmación ambigua o que se oculta algo,
pero no lo haremos porque no es cierto. Esto es sincero, la única forma
de expresar con sinceridad algo que aún no se comprende. Decir, en forma
más definida, que hay masas de tierra dentro de un área que se suele
llamar ‘un punto’, es enfrentarse al desafío de demostrarlo y probarlo.
Ya que esto no es posible, sólo pueden darse indicios vagos de
misterios. Es tarea de aquellos que se oponen a la teoría de la ‘tierra
de misterio en el polo’, probar que no es verdad o probar la suya, que
ya fue demolida por científicos y exploradores de las dos naciones más
grandes de la tierra. Lo que aquí presentamos no es una teoría, sino el
resultado acumulativo de cientos de años de exploración, que culminan en
el año geográfico que estableció la información que dimos como el
‘nuevo concepto de geomagnetismo en la depresión polar.
El misterio por fin llega a ser conocido, y los que se burlaban se
callan. Trabajemos todos jun, tos para encontrar la verdad sobre este
misterio tan fascinante e importante para la humanidad ¿Qué es lo que
existe en ambos polos de la tierra que nos abre nuevas fronteras tan
vastas en extensión y naturaleza que están más allá de nuestra
comprensión actual? Tal vez la exploración del espacio sea menos
importante que la de nuestro misterioso planeta, que de repente se ha
convertido en un Vasto dominio’ mucho más grande de lo que alguna vez
soñamos”.
La teoría de la Tierra hueca, con aberturas en los polos se originó en
William Reed en 1906, cuando presentó, por primera vez, su libro Phantom
of the Poles. Catorce años más tarde, en 1920, otro escritor
estadounidense, Marshall B. Gardner, publicó un libro titulado A Jowney
to the Earth’s Interior or Have the Poles Really Been Discovered? No
parecía saber riada del libro de Reed, ya que no lo mencionó en su
bibliografía, que era muy extensa e incluía la mayoría de los libros
importantes sobre la exploración ártica. Gardner, en su libro, presenta
la misma concepción de la estructura terrestre que Reed: que es hueca,
con aberturas en los polos. Difiere con él en la creencia de la
existencia de un sol central, fuente de la aurora boreal. En los
diagramas de este libro, Gardner describe la tierra con aberturas
circulares en los polos; y dice que el océano, que fluye por estas
aberturas, se adhiere a la corteza sólida, tanto encima como debajo, ya
que el centro de gravedad de la tierra reside en el medio de esta
porción sólida y no en el interior hueco, de acuerdo a su teoría. Por
esta razón, si un barco viajara por las aberturas polares y llegara al
interior de la tierra, continuaría su curso en una posición inversa del
lado de adentro de la corteza, así como a la noche, nosotros estamos
debajo de la superficie de la tierra, adheridos por la gravedad.
El libro de Gardner, ya fuera de edición y poco frecuente, al igual que
el destino de muchos otros trabajos escritos sobre el mismo tema —que
fueron perdidos u olvidados— contiene muchos diagramas interesantes.
William Reed sostiene que la atracción gravitacional es más fuerte en la
mitad de la curva que va al interior de la tierra, donde está el centro
de gravedad. Dice que es tan fuerte en este punto que el agua dulce y
la salada de los icebergs no se mezclan. Esto permite obtener agua dulce
en el Océano Ártico. ¿Cómo puede encontrarse agua dulce en el norte
extremo, donde sólo hay agua salada de océano, y cómo pueden formarse
icebergs de agua dulce y no salada? La única explicación, como señalan
tanto Reed como Gardner, es que es agua que proviene de los ríos que
desembocan desde el interior cálido de la tierra, y que al llegar a la
superficie fría, se congelan y se convierten en icebergs, que se rompen y
caen al mar. Entonces producen marejadas extrañas que los exploradores
árticos han observado con extrañeza en el norte lejano.
Tanto Reed como Gardner afirman que la temperatura en el interior de la
tierra es mucho más uniforme que afuera y que es más cálida en invierno y
más fresca en verano que la nuestra. Hay lluvia suficiente, más que en
la superficie, pero nunca hace suficiente frío para que nieve. Es un
clima subtropical ideal, libre del calor opresor de los trópicos y del
frío de la zona templada. También sostienen que la abertura polar norte
es más grande que la del sur. Dicen que existe una tierra de paraíso del
otro lado de la Barrera de Hielo del Mamut, que hay que pasar antes de
llegar al clima cálido más allá del polo, que el Almirante Byrd
sobrevoló.
En la curva de la abertura polar hay otro aro de hielo, llamado el Gran
Banco de Témpanos Masivos de Agua Dulce o Barrera de Hielo. Allí, se
originan los icebergs. Todos los inviernos este aro se forma con el agua
dulce, que fluye hacia afuera desde dentro de la tierra. En los meses
de invierno, miles de millones de toneladas de agua dulce corriente,
proveniente de ríos dentro de la tierra, que fluyen hacia afuera por
medio de las aberturas polares, se congela al salir y forma montañas de
hielo de agua dulce, cuya presencia resultaría inexplicable si la tierra
fuera una esfera sólida. En el verano, gigantescos icebergs de
kilómetros de largo, se desprenden de las montañas y flotan hacía el
exterior de la tierra. Están compuestos de agua dulce, donde sólo puede
existir agua salada. Dado que el agua del exterior de la Tierra en estas
regiones es salada en su totalidad, el agua dulce que compone estos
icebergs tiene que provenir del interior.
LA BIBLIA Y LA TIERRA HUECA.
El apóstol San Pablo escribió lo siguiente: "10 para que en el nombre
de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesús , el
Cristo, es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:10-11). En
estas palabras del apóstol Pablo se mencionan a los seres que viven en
LOS CIELOS, es decir, los extraterrestres que viven fuera de la tierra, a
los seres que vivimos en la tierra, es decir, a nosotros, y a los seres
que viven DEBAJO DE LA TIERRA, es decir, a los intraterrestres, todos
estos seres inteligentes confesarán un día que Jesús es el Señor, y se
arrodillarán ante él. Por lo tanto, el apóstol Pablo sabía que debajo de
la tierra hay seres creados por Dios, y de una gran inteligencia, esto
demuestra sin ninguna duda que la Tierra es hueca, y que está habitada
por una o varias civilizaciones. Veamos otro pasaje bíblico: "Y ninguno,
ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el
libro, ni aun mirarlo." (Apocalipsis 5:3). Este pasaje enseña lo mismo
que el anterior. Observe como se mencionan a los seres que viven en el
cielo (extraterrestres), a los que viven en la tierra (nosotros), y a
los que viven DEBAJO DE LA TIERRA, lo cual demuestra que debajo de
nuestros pies hay seres de gran inteligencia creados por Dios. Veamos
otro pasaje: "Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la
tierra, y debajo de la tierra," (Apocalipsis 5:13). Este pasaje enseña
lo mismo que los anteriores, es decir, hay seres en el cielo, en la
tierra y DEBAJO DE LA TIERRA, los cuales glorifican a Dios y al Cristo.
Quiero dejar claro que cuando esos pasajes bíblicos mencionan a los
seres que viven debajo de la tierra, de ninguna manera se está
refiriendo a los muertos enterrados debajo de la tierra, ya que -según
la Biblia- los muertos no están vivos en ningún lugar.
Como puede ver, el Nuevo Testamento hace una clara referencia a la
civilización INTRATERRESTRE, ellos viven debajo de la tierra, a unos
1300 kilómetros bajo nuestros pies (como veremos en este libro), en un
mundo muy parecido físicamente al de la superficie, pero que sin embargo
su horizonte SE CURVA HACIA ARRIBA, no como en la superficie, que el
horizonte se curva hacia abajo, y con un pequeño sol interior que lo
ilumina y calienta. De modo que, según el Nuevo Testamento DEBAJO DE LA
TIERRA TENEMOS VECINOS, los cuales seguro que son mucho mejores que los
que tenemos en la superficie. (Continua en el Epílogo, al final de este
libro).
En el enlace esta toda la informaciòn ....
http://www.las21tesisdetito.com/tierrahueca.htm

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