viernes, 2 de mayo de 2014

TIROIDES: MAL DE MUJERES...Y ALGO MAS
Antes de leer este documento, recuerda que cada uno de nosotros, somos dueños de nuestra propia vida y podemos cortar con aquellas herencias, o situaciones que atravesamos a través del autoconocimiento, la determinación y la voluntad. Además, todos las investigaciones parten de un muestreo, de un recorte de la población y TU, puedes ser la excepción. Siempre lee con objetividad y a modo de orientación para poder mirar las cosas desde otro lugar. (Soplo de Luz)
Las mujeres sufren 7 veces más desórdenes de tiroides, la glándula que controla el metabolismo. Influye en el sistema reproductor, el ánimo y hasta en la belleza de la piel y el pelo.
¿Cómo se explica esta predisposición femenina? Algunos especialistas apuntan a las emociones.
La doctora Marcela Guerra, médico cirujano y radióloga que, además, trabaja como terapeuta de medicinas complementarias, está acostumbrada a encontrar una raíz sicológica y emocional detrás de la mayoría de las enfermedades. “Desde que adopté las medicinas orientales, creo que la mayor parte de los pacientes son sicosomáticos. Todos somos capaces de alterar nuestro organismo y llegar a provocarnos una enfermedad, ya sea porque hemos sufrido una alteración emocional grande –lo que subyace bajo muchos cánceres– o porque somos incapaces de parar, hacer una pausa, lo que origina muchas de las enfermedades comunes, como la gripe”, dice la doctora, que en su escritorio tiene el famoso libro de Louise Hay, Sana tu cuerpo.
En sus más de 20 años realizando este examen, concluye que las pacientes con problemas de tiroides tienen algo en común. “Prácticamente todas han pasado por procesos emocionales fuertes, penas, rabias o frustraciones que, literalmente, se han tragado. Esas emociones, en vez de ser expresadas, han quedado atoradas en su cuello”, dice.
Antes de desarrollar un desorden tiroideo, XX, vivió la muerte de su padre. Pensó que podía tratarse de una depresión. Lo mismo pensó el neurólogo, que le prescribió antidepresivos, los cuales no le hicieron efecto. “Esta mujer sin ganas de nada no soy yo. Míreme, he subido 4 kilos”, le dijo al doctor.
Entonces le pidió un estudio completo, que incluía exámenes de sangre. Ahí apareció la razón: la tiroides estaba fallando. XX producía muy poca hormona tiroidea. Tenía hipotiroidismo.

DEPRIMIDAS O ACELERADAS
Dentro de la patología tiroidea, hay dos enfermedades que se relacionan con su funcionamiento: el hipertiroidismo, en que la tiroides secreta un exceso de hormonas, y el hipotiroidismo, en que secreta muy poca. Ambos tienen un origen en el sistema inmune: se generan anticuerpos contra la tiroides que la van atacando, –lo que se conoce como tiroiditis crónica o de Hashimoto– hasta que deja de funcionar correctamente y da sus primeros síntomas.
En el hipertiroidismo el metabolismo se acelera por el exceso de hormonas, lo que produce una descompensación bien evidente: se cae el pelo, causa anemia, hay pérdida brusca de peso (hasta 10 kilos), aparecen estados angustiosos, los párpados se retraen y los ojos se salen.
El hipotiroidismo es menos notorio: el metabolismo se vuelve muy lento porque la tiroides produce pocas hormonas. Los síntomas son cansancio, desánimo, fallas de concentración, aumento de peso, (entre 3 y 6 kilos), la piel se pone áspera y seca y pelo muy grueso.

La doctora Guerra explica que, según la medicina oriental, en el cuello está el quinto centro o quinto chakra, el que se relaciona con la expresión de las emociones.
“El cuello, donde está la tiroides, conecta la cabeza con el resto del cuerpo, es una especie de puente que une el pensar y el sentir. Y en Chile, como cultura, tenemos doble estándar: sentimos una cosa, pensamos otra y actuamos de una tercera manera. Esa falta de coherencia, esa dificultad para expresarnos, de no saber pedir en forma adecuada lo que necesitamos, congestiona a este quinto centro, causando enfermedades en esa zona: amigdalitis recurrente y problemas en la columna cervical o en la tiroides”, dice.
Además de las enfermedades funcionales, la tiroides puede sufrir alteraciones en su estructura.
El bocio es el aumento de tamaño de la tiroides y los nódulos son pequeños tumores, que 90% de los casos son benignos y suelen detectarse en un examen de cuello. En 10% restante, se trata de nódulos cancerosos que deben ser extirpados mediante una operación.
“Gran parte de las enfermedades tiroideas son autoinmunes, lo que tiene que ver con que la base de la enfermedad está en el sistema de defensa del organismo, que falla por algún error genético o del ambiente.
En lugar de atacar un virus externo, ataca alguna estructura del cuerpo; en este caso, la tiroides. Las mujeres sufren más de enfermedades autoinmunes, como lupus, lo que tiene que ver con que a lo largo de su vida viven cambios en su sistema inmunológico, como durante el embarazo”, señala.
MEDICINA COMPLEMENTARIA: Desde la mirada de la medicina complementaria, la doctora Guerra tiene una interpretación. “La autoinmunidad corresponde al autoconocimiento, con saber quién soy y qué me hace feliz. Cuando la persona es feliz su sistema inmune está equilibrado. Pero hay situaciones en que los glóbulos blancos, encargados de defendernos de bacterias y virus, desvían su información original y consideran enemigo a partes del propio cuerpo. Esto sucede tras terremotos emocionales o mentales que hacen que el aparato inmune pierda su configuración original y ataque estructuras normales del cuerpo. Es lo que pasa en la tiroiditis de Hashimoto en que los anticuerpos atacan la glándula tiroides”, dice.

HIJAS Y HERMANAS
Esta repetición a través del árbol genealógico no es casualidad. La enfermedad tiroidea es una herencia que pasa de una a otra entre las mujeres de la familia. Y aflora en momentos puntuales: la adolescencia, el embarazo y la menopausia. “La adolescencia es un volcán hormonal y la menopausia, un momento de caída”.

La hormona tiroidea influye en el funcionamiento del ovario, por lo que los desórdenes a la tiroides pueden afectar la vida reproductiva de la mujer. Durante la adolescencia puede causar flujo menstrual leve o abundante, así como reglas irregulares.
En la etapa reproductiva, el hipotiroidismo dificulta la posibilidad de ovular y puede dificultar el embarazo, así como causar quistes ováricos. Los abortos recurrentes también están asociados a un mal funcionamiento de la tiroides.
El embarazo merece atención aparte: la tiroides está muy exigida porque la placenta y el bebé necesita hormona tiroidea, la que participa en el desarrollo neurológico del feto en las primeras etapas del embarazo. Por esta razón, muchas mujeres presentan hipotiroidismo durante el embarazo.

Por Carola Solari / Fotografía: Rodrigo Chodil / Producción: Francisca Lacalle / Ilustración: Nicolás Galdames ( no se muestra en la publicación)
Edición y difusión: SOPLO De LUZ

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