martes, 23 de septiembre de 2014

UN CURSO DE AMOR,CAPITULO 6: PERDON / UNION

Capítulo 6.  Perdón/unión

El desafío ahora reside en crear antes que en lograr. Con la paz, los logros se trasladan al ámbito donde realmente vale la pena desearlos, y donde realmente pueden tener lugar. Con tu logro, llega la libertad y el desafío de crear. La creación se convierte en la nueva frontera, la ocupación de quienes son demasiado jóvenes como para descansar, demasiado interesados en vivir como para darle la bienvenida a la paz de la muerte. Aquellos que no pudieron cambiar ni un ápice del mundo mediante su esfuerzo, en paz crean el mundo de nuevo.


6.1 La unión descansa sobre el perdón. Ya has oído esto antes pero no comprendes qué cosa deberías perdonar. Debes perdonar la realidad por ser como es. La realidad, lo auténticamente real, es la relación. Debes perdonar a Dios por crear un mundo en el que no puedes estar solo. Debes perdonar a Dios por crear una realidad que se comparte, antes de estar en condiciones de comprender que esta es la única realidad que desearías tener. Debes perdonar esta realidad por ser diferente de lo que siempre imaginaste que era. Debes perdonarte a ti mismo por no poder hacerlo por tu cuenta. Debes perdonarte a ti mismo por ser lo que eres, un ser que solo existe en relación. Debes perdonar a todos por ser como tú. Ellos tampoco pueden estar separados, sin importar lo duramente que se esfuercen para ello. Perdónales. Perdónate. Perdona a Dios. Entonces estarás preparado para comprender realmente cuán diferente es vivir en la realidad de la relación.



6.2 Tu hermano no existe aparte de ti, ni tú de tu hermano. Esta es la realidad. Tu mente no está contenida dentro de tu cuerpo sino que es una con Dios y la compartes con todos tus semejantes. Esto es la realidad. El corazón, que es el centro de tu ser, es el centro de todo lo que existe. Esto es la realidad. Ninguna de estas cosas te hace menos de lo que habías percibido ser, pero hace imposible que estés separado. Puedes desear lo imposible hasta el final de tus días, pero no puedes convertirlo en posible. ¿Por qué no perdonas al mundo por ser distinto de lo que pensabas que es, y comienzas a aprender cómo es en realidad? Para eso existe el mundo, y cuando hayas aprendido lo que tiene para enseñarte, ya no lo necesitarás, lo dejarás ir con alegría, y en su lugar hallarás el cielo.

6.3 Esto es lo que te enseñan todas las palabras, símbolos, formas y estructuras de tu mundo de la manera más simple y directa posible. No estás solo ni separado, nunca lo estuviste y nunca lo estarás. Todas las ilusiones pretenden ocultar este hecho porque preferirías otra cosa. Solo cuando dejes de desear lo que no puede ser, podrás ver aquello que es.

6.4 Quienes menos me aceptaron como profeta y salvador fueron aquellos que más se parecían a mí, los que me vieron crecer, trabajaron junto a mis padres y vivieron en el mismo pueblo. Fue porque sabían que yo no era diferente de ellos y no podían aceptar que eran iguales a mí. Tanto ellos en su tiempo como vosotros ahora, no sois diferentes de mí. Somos semejantes porque no estamos separados. Dios creó el universo como un todo interrelacionado. El hecho de que el universo sea un todo interrelacionado es algo que ni siquiera es discutido por la ciencia. Aquello que has construido para ocultar tu realidad se ha convertido, con la ayuda del Espíritu Santo, en lo que te enseñará a entenderla. Pero aun así, te rehúsas a escuchar y a aprender. Todavía prefieres que las cosas sean distintas y, mediante tu preferencia, eliges mantenerlas así.

6.5 ¡Haz una nueva elección! La elección que tu corazón anhela hacer y que tu mente encuentra cada vez más difícil negar. Cuando eliges la unión antes que la separación, eliges la realidad antes que la ilusión. Acabas con la oposición eligiendo la armonía. Acabas con el conflicto, eligiendo la paz.

6.6 Todo esto es obra del perdón. El perdón del error original: la elección de creer que eres un ser separado a pesar de que no es así ni podrá serlo jamás. ¿Qué creador amoroso crearía un universo donde tal cosa fuese posible? Un ser aparte sería un ser creado sin amor, pues el amor crea a su semejanza y es uno con aquello que ha creado. Darte cuenta de esta simple verdad te iniciará en el camino del aprendizaje de lo que tu corazón quiere que aprendas.

6.7 El hecho de que no estés solo en el mundo demuestra que no estás hecho para la soledad. Todo lo que hay a tu alrededor te ayuda a percibir de manera correcta, y luego a ir más allá de la percepción, hacia la verdad
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6.8 ¿Qué es lo opuesto de la separación sino estar unido en relación? Todo lo que se une en relación contigo es sagrado porque tú lo eres. Cualquiera de los contrastes que ves lo ejemplifica. Solo ves el mal en relación con el bien. Ves el caos en relación con la paz. Cuando ves cada una de estas cosas como una entidad aparte, no ves lo que la relación te muestra. El contraste pone en evidencia, por eso es una de las herramientas favoritas del Espíritu Santo. El contraste revela la relación que existe entre la realidad y la ilusión. Cuando eliges negar esta relación, optas por un sistema de pensamiento basado en lo contrario de tu realidad. Por lo tanto, cada negación de la unión revela su opuesto. Lo que está separado de la paz es caos. Lo que está separado del bien es maldad. Lo que está separado de la verdad es locura. Puesto que no puedes estar separado, todos estos factores que se oponen a tu realidad solo existen por contraste con ella. Esto es lo que elegiste crear cuando pretendiste ser lo que no puedes ser. Eliges vivir en oposición a la verdad, y la oposición es algo que tú construyes.

6.9 ¡Vuelve a elegir! Y abandona el temor a lo que la realidad puede traerte. ¿Qué podría ser más demente que aquello que ahora llamas cordura? ¿Qué pérdida puede haber cuando te unes a aquello que es semejante a ti? Está a solo un paso de donde te encuentras ahora, tan indefenso y solo.

6.10 Sin embargo, temes. Y mantener el temor te tiene muy ocupado. Avivas su fuego para que no se apague y te deje inmerso en una calidez que no es de este mundo. Esta es la calidez en que quieres vivir, una calidez tan abarcadora que ningún frío invernal volverá a surgir nunca. Pero aun así, eliges el fuego. Eliges el fuego del infierno antes que la luz del cielo. Solo tú puedes atizar el fuego y por eso te resulta deseable. Una calidez que no es de este mundo, que se ofrece libremente sin que tengas que trabajar por ella, te provoca desconfianza. ¿Cómo puede ser para ti si no tienes que invertir ningún esfuerzo para ganártela? Y aun si fuese verdad, ¿qué pasa entonces? Algunos —te dices— se van a vivir cerca del ecuador donde el sol brilla todos los días y no hay necesidad de encender un fuego. Pero tú no. Tú —te dices— prefieres las cuatro estaciones, el frío y el calor, la nieve y la lluvia, la oscuridad de la noche y las nubes que ocultan el sol. ¿Qué sería la vida sin ellas? El sol perpetuo sería demasiado fácil, carente de imaginación, estéril. Tener todos los días lo mismo no sería interesante por ahora. Tal vez más adelante, cuando seas viejo y te hayas cansado del mundo. Tal vez entonces te sientes al sol.

6.11 Este es el cielo según tu mente, el significado de la unión, el rostro que le das a la paz eterna. Con semejante visión en tu mente no es ninguna sorpresa que la rechaces o que la postergues hasta el final de tus días. Un cielo como este es para los ancianos y desvalidos, para aquellos prestos a abandonar el mundo, para quienes ya se han cansado de él. ¿Qué tendría de divertido un cielo así para los que todavía son jóvenes y están llenos de vigor? ¿Para los que están dispuestos a enfrentar otra batalla o aún no han probado todos los desafíos? Si todavía queda una montaña para escalar, ¿por qué elegir el cielo? Puedes elegirlo más tarde, cuando la enfermedad haya tomado el control de tus miembros y tu mente ya no corra en busca de lo que viene después.

6.12 El entusiasmo por la vida y el entusiasmo por el cielo aparecen como cosas opuestas. El cielo y su ambiente de paz eterna pueden quedar —eso crees— para el final de los días, y clamas por la injusticia de que alguien joven abandone la vida. El cielo no es para los jóvenes, dices. Es injusto que aquellos que mueren jóvenes no hayan tenido la oportunidad de vivir, la oportunidad de afrentar luchas y desafíos, la llegada del nuevo día y el ocaso de lo viejo. Qué pena que no hayan tenido la oportunidad de marchar solos por la vida y ser lo que podrían haber sido. Les adjudicas tus valores, pues tú vives para lo que está por venir, con la esperanza de que no sea como lo anterior. Pues cada desafío que enfrentas es un llamado a enfrentar el próximo. Y cada uno llega para reemplazar el anterior con la esperanza de que, ahora sí, este sea el que vale, y al mismo tiempo la esperanza de que no lo sea.

6.13 Tener éxito no es sino una pequeña muerte, un duelo del que debes escaparte rápidamente, hacia donde te espere un nuevo desafío y una nueva razón para existir. Devoras inmediatamente la zanahoria que sostienes delante de ti para realimentar el círculo. Así como comes para saciar tu hambre y poco después sientes hambre de nuevo, tu vida necesita un círculo similar perpetuo para mantener la realidad que le has construido. “Luchar por el éxito y tener éxito para luchar un día más” es la vida que te has fabricado, y la que temes que sea reemplazada por el cielo. Dejar de lado la idea de que en esa vida reside el sentido, se logra satisfacción y se construye la felicidad, es considerado una rendición. Es entonces en estos momentos que invocas la ayuda del cielo, cuando pareces estar próximo a rendirte, pues nunca sientes tanta necesidad de ayuda como cuando tus proyectos fracasan y la resignación se transforma en una alternativa más tentadora que la perseverancia.

6.14 Muy pocos piden la gracia de abandonar lo que ha sido por lo que podría ser. Consideras que rendirte es un fracaso, y esto es a lo que más temes. No tener éxito en la vida sería en verdad un fracaso, siempre y cuando fuese posible. Sin embargo te aferras a esta posibilidad, pues crees que sin posibilidad de fracaso no existe posibilidad de éxito. Los contrastes que ves en tu estado de separación crean situaciones en las que sientes que solo hay lugar para una cosa “o” la otra, y que debes optar por una “o” por otra. Mientras que la opción por el cielo es en verdad la opción por abandonar el infierno, y la verdad es la opción de renunciar a las ilusiones, esas son las únicas opciones reales que existen, y no se despliegan en tus ilusiones, sino solo en la verdad. Porque en la verdad, todas las ilusiones se desvanecen; y en el cielo, queda para siempre derrotada toda consideración sobre el infierno
.
6.15 ¿Cómo puedo convencerte de que deseas la paz si no la conoces? Quienes alguna vez adoraron becerros de oro lo hicieron porque no conocían otra opción. Para ellos, la idea de un dios de amor era tan extraña como lo es para ti la idea de una vida de paz. Ha cambiado lo que es extraño para el mundo, pero no ha cambiado el mundo. Los que conviven con la guerra buscan la paz. Los que viven un fracaso buscan el éxito. Dicho de otro modo, los dos están diciendo esto: buscas el sentido en un mundo demente, buscas el significado en lo que no tiene sentido, buscas un propósito entre el despropósito.

6.16 ¿Cómo puedo hacer que la paz sea atractiva para ti que no la conoces? La Biblia dice: “El sol brilla y la lluvia cae sobre malos y buenos por igual”. ¿Por qué crees, entonces, que la paz es un sol perpetuo? La paz es simplemente disfrutar tanto del sol como de la lluvia, de la noche como del día. Cuando no juzgas, la paz brilla sobre todo lo que miras, así como sobre toda situación que afrontas.

6.17 Las situaciones también son relaciones. Cuando la paz está presente en tus relaciones, las situaciones también se revelan tal como son y puedes verlas bajo la luz del cielo. Las situaciones ya no chocan unas contra otras haciendo imposible que cumplas con lo que te propones. El desafío ahora reside en crear antes que en lograr. Con la paz, los logros se trasladan al ámbito donde realmente vale la pena desearlos, y donde realmente pueden tener lugar. Con tu logro, llega la libertad y el desafío de crear. La creación se convierte en la nueva frontera, la ocupación de quienes son demasiado jóvenes como para descansar, demasiado interesados en vivir como para darle la bienvenida a la paz de la muerte. Aquellos que no pudieron cambiar ni un ápice del mundo mediante su esfuerzo, en paz crean el mundo de nuevo.

6.18 Aquí encuentran la más amable de las respuestas a sus preguntas. No requiere tiempo ni dinero ni el sudor de la frente cambiar el mundo: requiere solo amor. Un mundo perdonado es un todo completo, y en su plenitud es uno contigo. Es aquí, en la plenitud, donde mora la paz y está el cielo. Es en la plenitud donde el cielo espera por ti.

6.19 Piensa ahora en esto: ¿Cómo podría el cielo ser un lugar diferente? ¿Un pedazo de geografía distinto del resto? ¿Cómo podría no abarcarlo todo y aun así ser lo que es: hogar del hijo amado de Dios y morada de Dios mismo? Es porque Dios no está separado de nada que tú tampoco lo estás. Es porque Dios no está separado de nada que el cielo está donde tú estás. Es porque Dios es amor que todas tus relaciones son sagradas, y a partir de ellas puedes encontrar el camino a Él y a tu santo Ser.

6.20 ¿Acaso tus relaciones con tus seres queridos quedan truncadas cuando abandonan este mundo? ¿Acaso no piensas todavía en ellos? ¿Y no piensas en ellos como los que eran en vida? ¿Cuál es la diferencia, en tu mente, entre lo que fueron y lo que son tras la muerte? Si eres honesto admitirás una cierta envidia, un cierto reconocimiento de que ellos todavía existen, pero sin el peso del cuerpo, sin los límites que imperan sobre los que quedan. Tal vez todavía los imagines con forma corporal, pero los imaginas felices y en paz. Aun aquellos que reivindican no creer en Dios, o en una vida tras la muerte, cuando se les exige autenticidad, admiten que esa es una imagen que ilumina sus mentes con paz y esperanza. Esta imagen es tan antigua como el cielo y la tierra y todo lo que está más allá. No surgió de la fantasía ni pasó de una mente a otra como suelen hacerlo los cuentos. Es parte de tu conciencia de quien eres, una conciencia que niegas para dar paso a pensamientos de muerte tan sombríos, que convierten la vida en una pesadilla.

6.21 Lo que te ha llevado a una vida de infelicidad es tu negación de los pensamientos felices. Adoptas pensamientos de terror y pecado, pero a los pensamientos de resurrección y vida nueva los acallas antes de que tengan oportunidad de nacer y los llamas ingenuos. ¿Qué daño crees que te pueden hacer los pensamientos felices? A lo sumo puedes creer que son engañosos. Y a lo que temes es al desengaño. Todo aquello que alguna vez has deseado en la vida y no has podido cumplir, lo usas como prueba para negarte las esperanzas de cualquier clase. No puedes entender la diferencia entre desear lo que nunca puede ser y aceptar lo que es.

6.22 El mundo te decepciona sin remedio, pues tu concepto de él se basa en el engaño. Te has engañado solamente a ti mismo, y tu engaño no ha cambiado aquello que es, ni logrará hacerlo jamás. Solo Dios y Sus colaboradores designados pueden llevarte del engaño a la verdad. Has tenido tanto éxito en engañarte que ya no puedes ver la luz sin ayuda. Pero únete a tu hermano, y la luz comenzará a brillar, pues todos están aquí para ayudarte. Este es el propósito del mundo y del amor más amable: poner fin 
 al auto engaño y regresarte a la luz.

imagen corazón en círculo

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