Lo que llamamos Padre no es más que el rostro celestial de la creación, una personificación de lo queno puede ser personificado. Te resulta difícil creer que la creación en sí misma pueda ser benévola y generosa o simplemente otro nombre del amor, pero así es. Dios es el punto de inicio de la creación, el creador de la creación y también la creación misma.
12.2 Te sientes un poco engañado cuando se te dice que el amor es la respuesta. Te sientes abochornado cuando se te dice que no conoces el amor. Te sientes un poco desengañado cuando piensas que quizás el amor no se limite a lo que creíste que era. Piensas que es típico que un texto espiritual te diga que el amor es la respuesta, como si nadie lo hubiese dicho antes. Ese mensaje fue predicado hace mucho tiempo y el mundo sigue igual. ¿Cómo, entonces, puede ser la respuesta correcta? La vida es demasiado complicada para ser resuelta por el amor.
12.3 Muy pronto recurrirías al cinismo creyendo que ya lo has intentado y fallaste. Todos creen que ya han probado esta idea llamada amor y todos creen tener pruebas de que no es la respuesta en absoluto. ¿Cuáles son tus pruebas? Tu propia dificultad para ser feliz y la infelicidad del mundo que ves.
12.4 Hemos dicho antes que la única elección significativa dentro de tu libre albedrío consiste en elegir con qué unirte y qué dejar fuera de ti. Sin embargo debes comprender que ninguna cosa que no sea parte de Dios merece que te unas a ella, y tampoco puede unirse a ti. Aquello con lo que has buscado unirte es el motivo de tu infelicidad, puesto que buscas unirte a lo que no puede unirse, y buscas la separación de todo aquello con lo que podrías unirte y que llenaría tus rincones sombríos y solitarios con la felicidad que buscas.
12.5 Este curso parece haberse desviado de aquello que pensabas que iba a ser, pues estás buscando algo específico, aunque no sabes lo que es. Estás buscando la paz y la calma del gozo que solo provienen del amor. Buscas la seguridad de un hogar acogedor, aunque se trate solo de filosofía. Buscas la dulce seguridad de la certeza, no la de tu mente sino la tu corazón. Una parte de ti piensa: “si tan solo pudiera estar seguro…” y allí se detiene, pues ni siquiera sabes claramente de qué quieres estar seguro. Y sin embargo sabes que lo que más te cansa es tu incapacidad para estar seguro de algo. Y en verdad estás cansado.
12.6 La voluntad de Dios para ti es la felicidad, y de esto puedes estar seguro. Alinear tu voluntad con la de Dios es hacer de este estado de seguridad tu hogar. Es un deseo para hacerlo real, que cuando sea lo único que desees se convertirá en realidad. Y cuando se te conceda este deseo tendrás descanso y te librarás de todas las pesadas cargas que has llevado contigo.
12.7 Admite tu deseo de descansar, un deseo que puede hacerte gemir y anhelar dormir un sueño sin fin. Si tan solo comprendieras cuánta energía necesitas para mantener tu mundo de ilusión en su lugar, comprenderías el descanso que te llegará simplemente al abandonar tu necesidad de hacerlo. Tu deseo de certeza es parte de la resistencia ante cualquier idea que parezca tratar sobre el cambio. Luchas por mantener lo poco que crees saber, y sin embargo en lo más profundo constatas que no sabes nada con la certeza que persigues.
12.8 La falta de certidumbre, de cualquier clase, equivale a dudar acerca de ti. Por eso este curso tiene como meta establecer tu identidad, pues de ella provendrá todo lo demás. En este sentido el curso parece pedir cambios en todos los niveles, aunque un solo cambio traerá todos los demás —y sin ningún esfuerzo por tu parte. Y aun así este cambio no es realmente un cambio, puesto que solamente busca quitar de en medio todos los cambios que tú crees haberle hecho a la creación de Dios. Este cambio solo busca restaurarte en tu Ser.
12.9 Tu Ser yace totalmente inalterado dentro del Cristo en ti. Restablecer tu relación con tu hermano es lo que te mostrará tu Ser. Tienes un solo hermano que lleva muchos rostros en tu percepción de lo que él es, y mientras no lo conozcas no puedes conocer tu Ser. Este único hermano puede unirte con todos aquellos que percibes como otros, pues todos esos otros son uno con él y también contigo. Esta es la única unión necesaria para producir todas las demás.
12.10 Esta es la única desunión que produjo tu elección por la separación, y no es sino una separación respecto a tu Ser. He aquí el punto más difícil de asimilar, pues en él reside una contradicción, la que ha creado el mundo que ves y la vida que vives. Aunque resulta imposible que algo haya ido mal en la creación de Dios, de hecho sucedió. Sólo necesitas mirar a tu alrededor para darte cuenta. Pero lejos de sentirte desalentado por esta noticia, te sientes aliviado porque sabías que esto era cierto, y sin embargo sientes como si este fuera el secreto que te estaba escondido. Es como si todo el tiempo te dijeran “está todo bien” cuando sabes que no es así. Y si “todo” está bien, debes ser tú el que está mal.
12.11 Toda la creación parece fluir en perfecta armonía. Las estrellas aparecen en el cielo, el sol y la luna cumplen con lo debido, los animales de tierra, agua y aire son como su creador quiso que fueran, las montañas se elevan en toda su majestuosidad, los ríos corren y las arenas del desierto viajan con el viento. Todo parece ser lo que es y lo que siempre ha sido, excepto por las marcas que deja el ser humano sobre ello. Sin embargo, la luna sigue siendo luna más allá de que el ser humano haya descendido sobre ella. La tierra sigue siendo tierra a pesar de autopistas, caminos y puentes. Y en algún lugar que no conoces, la paz sigue siendo paz a pesar de tus guerras y la felicidad sigue siendo felicidad más allá de tu desesperación.
12.12 ¿Y qué pasa contigo? Tú también pareces haber permanecido el mismo desde épocas incontables. Tal vez creas que hace mucho evolucionaste desde una forma distinta de la que ahora habitas, pero ciertamente, dentro de las leyes de la evolución, has cambiado tan poco como las aves del cielo o los peces del mar. Sin embargo, de alguna manera sabes que, de toda la creación, solo la humanidad no es aquello para lo cual fue creada. En un día hermoso y un lugar bello puedes ver que el paraíso de la creación todavía existe, pero en ningún lugar puedes encontrar el ser que Dios creó a Su imagen.
12.13 ¿Tiene algún sentido en absoluto el que esto haya llegado a ser así? ¿O que alguna vez hayan caminado sobre la tierra aquellos que revelaban la imagen de Dios y que cuando dejaron de ser vistos esa imagen quedara para siempre nublada? ¿Puede ser que haya venido uno y que al marcharse haya dejado un vacío, un hueco en el mismo universo?
12.14 Uno solo fue necesario para poner fin a la separación, y en este se unen todos los demás. Pues, ¿qué hay que pueda ser afectado por tu libre albedrío en todo el universo si no es tu propio ser? Fue necesario uno que, haciendo uso de su libre albedrío, uniera su voluntad a la del Padre, para que esto fuera válido para todos. Esto es lo que significa la corrección o expiación, y esto es todo que hace falta que aceptes. Únete al hermano que hizo esta elección por todos y te reunirás con el Cristo en ti.
12.15 Las mentes que están unidas no pueden pensar por separado ni tienen pensamientos ocultos. De hecho no son mentes en plural, sino una sola mente. Lo que este curso dice es que en una instancia que no existe en el tiempo, el hijo de Dios eligió la separación. Que el hijo de Dios tuviera una o muchas formas en aquel momento no importa, puesto que fueran estas una o muchas, la mente era una sola, la mente del hijo de Dios unida con la del Padre. A muchos de ustedes les han enseñado ese misterio de la fe de que Padre, Hijo y Espíritu Santo son Uno. Pero si realmente hubieseis aprendido lo que os fue enseñado, la separación hubiera desaparecido.
12.16 Estas palabras, Padre, Hijo y Espíritu Santo, al igual que la palabra amor, no son más que símbolos que representan ideas que, a su vez, representan lo que es. Que hayas hecho del Padre una figura singular, de algún modo mayor que la del Hijo, y que hayas aceptado al Espíritu Santo como algo que esencialmente escapa a tu comprensión, solo ejemplifica la naturaleza del error que es necesario corregir. Las palabras, siendo símbolos, no pueden explicar plenamente lo que no puede ser simbolizado, pero dan comienzo a un proceso que debe ser completado mediante los recuerdos de tu corazón. Continuamos entonces constatando que esas palabras solo pueden expresar la verdad dentro de su capacidad como símbolos, y que la verdad reside dentro de ti, más allá de donde puedan llevarte estos símbolos.
12.17 Todos habéis visto de qué manera os afecta un pensamiento que parece surgir de la nada. Un día nace una idea que no parecía existir el día anterior. Quizás sea la idea de hacer un viaje, o de concebir un bebé, o de volver a estudiar, o de abandonar un empleo. Esta idea, recién nacida, puede llegar para irse, o puede desarrollarse como una obsesión; pero cualquiera que sea el caso, no abandona su fuente. Y sin el nacimiento de la idea sus resultados nunca llegarían. Puedes tener mil ideas un día y diez mil al siguiente, tantas que no podrías seguirlas. Sin embargo, siguen existiendo dentro de ti, y jamás se desprenderían para formar algo distinto por sí mismas, aparte de ti. Imagina que algo así pudiera ocurrir, y te darás cuenta de lo absurda que sería la situación. ¿Acaso puede un viaje suceder por sí solo? ¿A quién le ocurriría?
12.18 Puedes fácilmente decir, sin embargo, que una idea pareció adquirir vida propia y te obligó a hacer cosas que jamás soñaste. Muchas veces las personas miran hacia atrás en la vida y se preguntan cómo fueron de una cosa a la otra. En algunos casos pueden decir que una idea echó raíces y cambió lo que parecía ser un destino ya escrito.
12.19 Aun con los límites que presentan las palabras para describir la separación, esto es lo que ocurrió: una idea de separación penetró en la mente del hijo de Dios. Como cualquier otra de tus ideas, no abandonó su fuente, ni cambió su esencia en modo alguno. Aunque la idea de tomarse unas vacaciones aventureras, cuando es realizada, puede modificar la vida de una persona que participe, no cambia aquello que la persona era, ni quién era su padre, ni las características de la familia en que nació. Todo lo que puede cambiar es la forma de su vida, ciertos hechos que podrían ocurrir dentro de ella, tal vez el lugar donde ocurren esos hechos o las personas que serían parte de la experiencia. En una palabra, los aspectos exteriores de la vida.
12.20 De la idea de separación surgió la idea de un aspecto exterior de la vida. Antes de la idea de separación no existía tal cosa, y sigue sin existir salvo como extensión de la idea original. Así como hemos dicho que tu deseo de proteger o controlar surge del concepto de miedo y que sin este miedo ese deseo no existiría, lo mismo ocurre con el aspecto exterior de la vida. Sin la idea original de separación, el aspecto externo de la vida no existiría. Así como el miedo no es real aunque lo parece, la separación no es real aunque parezca serlo.
12.21 El Padre no impidió que apareciera la idea de separación, como tampoco tú impides que se te ocurran ideas. Así como ocurre con una idea tuya, que una vez nace sigue existiendo, lo mismo ocurrió con la idea de separación. Y así como una idea tuya no cobra vida propia aunque a veces pareciera tenerla, la idea de separación no tenía la capacidad de ser más de lo que era, excepto que el hijo eligió participar en ella.
12.22 En consecuencia, la participación del hijo en la idea de separación pareció poder producir una vida completamente reformada, un destino diferente del que estaba escrito. Sin embargo esta participación no pudo proceder sino de la idea original, y no pudo tener lugar en la realidad sino solo en el aspecto externo de la vida. La idea de la separación no cambió nada en la realidad, sino que se convirtió en un drama actuado sobre un escenario tan realista que parecía ser la realidad.
12.23 La separación es dolorosa solo para aquellos que creen que en verdad puede ocurrir. ¿Qué significaría el rechazo de un niño o la muerte de un pariente para quienes nunca creyeron en la separación? ¿Piensas que Dios cree en la separación? Él no la conoce, y como Él no la conoce, no existe. Como Él no la conoce, Él no ha sido tocado por ella. Él no conoce ni el rechazo ni la muerte. Él no conoce dolor ni pena. Su hijo permanece con Él en su hogar eterno, unido a Él en eterna plenitud.
12.24 Aunque la extensión del hijo hacia un mundo exterior es bastante real, esto es lo único que es verdaderamente real dentro de ese mundo. El hijo no podía sino crear a semejanza del Padre, que creó todo por extensión de Sí mismo. Pero ni la extensión del Padre ni la del Hijo menoscabaron al Padre o al Hijo en modo alguno. Reemplaza la palabra Padre por la palabra Creación y observa si el concepto te resulta más claro. ¿Acaso la creación al extenderse continuamente a sí misma se vuelve menos de lo que originalmente era? Lo que llamamos Padre no es más que el rostro celestial de la creación, una personificación de lo que en realidad no puede ser personificado. Te resulta difícil creer que la creación en sí misma pueda ser benévola y generosa o simplemente otro nombre para el amor, pero así es. Dios es el punto de inicio de la creación, el creador de la creación, y también la creación misma. El Hijo, el Espíritu Santo y la creación proceden de ese punto inicial de Dios. Dios es también el punto de inicio del Hijo y del Espíritu Santo, el creador de ambos y, al mismo tiempo, Él es el Hijo y el Espíritu.
12.25 Ahora, sigue adelante con este patrón, pues el patrón de la extensión de Dios es el patrón de la creación y, por lo tanto, el patrón del universo. El Hijo se extendió a sí mismo en la creación, y tú eres esa extensión, tan santa como lo es él. La idea de separación solo parece haber conseguido que el hijo de Dios sea susceptible de dividirse, y los símbolos que son estas palabras son lo único que parece poder separar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo entre sí o de la creación.